domingo, 20 de febrero de 2011

Cine: Mi playlist

Algunas notas sobre la cartelera actual, mas que un verano de película, algunas películas para este verano.


Estas últimas semanas he visto una cartelera de cine más que interesante, desde la última de Woody Allen pasando por Sofía Coppola, los Cohen, como las intuitivamente primordiales, hasta El Cisne Negro y El discurso del Rey. Creo que en todos los casos son films que vale la pena mirar, o al menos espiar un poco, que muchas deriva en no poder dejar de mirar.
En mi caso recorrí las críticas de las películas en cartel, busqué alguna información en la net, leí algunos artículos de revistas como la Rolling Stone o Inrokuptibles, y escuché comentarios de especialistas por la radio. Con toda esa data, decidí verlas a todas, solo que acorde a las críticas las fui ordenando. Ahora tengo mi propia versión de cada una, y a diferencia de la opinión de expertos a la que recurrí, a mi me gustaron todas, cada una tiene sus detalles, que las hacen imperdibles.
En mi playlist, (exclusivamente subjetivo, y teñido de mi parecer, lejos de pretender una crítica sofisticada) en primer lugar pongo El Discurso del Rey. Para aquellos que nos dedicamos al psicoanálisis, se impone una lectura del estilo analista y paciente, siendo tanto analista como paciente es posible observar lo que les voy a proponer. La cuestión pareciera tratar las dificultades de un rey tartamudo, en tanto está muy cargado con lo que se espera de él, y por si fuera poco le cuesta pronunciar discursos. La clave es la relación con un terapeuta, que ya podrán apreciar es un muy buen analista sin serlo, claro que la cuestión de un análisis no se plantea como tal. Creo que hace juego con una película francesa de los años 90, titulada en castellano Confesiones muy íntimas, el punto de contacto que sugiero es, la situación personal del terapeuta que indica la posición de alguien respecto de su deseo. Insisto para los interesados en el disciplina freudiana, es un film donde la manera de tratar la transferencia y el deseo, los van a dejar con la boca abierta. Por estos motivos por este hallazgo, para mi es la mas interesante de todas.
En segundo lugar ubico El Cisne Negro. Las críticas en general son duras hacia este film, que parece que califica mal, igualmente me sorprendió. Es probable que el dejarme influir por los especialistas estableciera la relación de blanco a negro, que les digo, no esperaba demasiado y me resultó maravillosa. El director Darren Aronofsky junto con la protagonista Natalie Portman, acompañada de un reparto de excepción con actores y actrices de la talla de Vincent Cassel, logran un trabajo sobre la subjetividad para mi gusto impecable. Si bien el tema de la película pareciera ser una cuestión ligada a lo específico del mundo de las bailarinas, ese es el lado menos seductor, sin dudas. La tensión subjetiva que transmite Portman, por medio del cuerpo como medio de registro es digno da un trabajo de Cassavettes, o comparable con Spider, o con Persona de Bergman. No digo que la totalidad del film sea de esa talla, pero el trabajo actoral vale la pena sumado a algunos recursos como juego blancos y negros o los espejos para poner de relieve la cuestión personal y especular, no se trata de una simple competencia entre bailarinas, eso es claro. Una mas creo que es mejor opción verla en el cine que en el hogar, por el realce de la situación.
Tercera una que me gustó mucho, la película de los hermanos Cohen con Hailee Steinfeld, Matt Damon, Jeff Bridges, Josh Brolin., Temple de acero. Nuevamente pongo el ojo en el tratamiento de los conflictos, es un far best bastante subjetivo si se puede decir así. Una adolescente de 14 años totalmente tomada por el asesinato de su padre, no vacila en buscar justicia, o su justicia con serias consecuencias claro. Con este dato nadie imaginaria una de cowboys. Me parece redonda, las actuaciones, la historia, la presentación en dos tiempos de la vida de la protagonista, sin desperdicios.
En cuarto lugar pongo Somewhere de Sofía Coppola, creo que es un poco extensa en la descripción de algunas escenas destinadas a ubicar al espectador a ponerlo en situación, a diferencia de las anteriores es mas narrativa, sube al renglón sin duda cuestiones autobiográficas, y la relación de una adolescente con sus padres, enfatizando en el padre. Desnuda la interioridad de los personajes pero creo que mantiene cierta distancia con el espectador, uno queda mirando lo que pasa no provoca una identificación inmediata.
Para finalizar la que me pareció mas chiquita es la de Woody Allen Conocerás al hombre de tus sueños, me gustaron las actuaciones, y la capacidad de observación de este director. Siempre logra captar fenómenos sociales y subjetivos actuales, dándoles una vuelta de tuerca, con matices cómicos. Esta vez no me sorprendió, luego de Matchpoint, ya está, no vi nada nuevo, aunque siempre tengo expectativa con sus películas. En este caso creo que recorta muy bien los ideales de juventud y de éxito que se imponen en la actualidad, que como toda cuestión masiva hace estragos y lleva a la pérdida de los detalles individuales, desde el relevamiento de dicha cuestión del para todos de algunos ideales está muy bien lograda.
Este es como ya dije mi playlist de la cartelera actual, espero le sea de utilidad y les permita hacer su propia experiencia con las películas, creo que eso es lo apasionante, los detalles que cada quien rescata al momento de elegir mirar.

jueves, 17 de febrero de 2011

Psicoanálisis: Operación izquierda lacaniana


Para el autor, “el proletariado no es a priori un sujeto revolucionario”: puede, sí, transformarse en sujeto de un antagonismo emancipatorio, pero esto “exige la presencia de la construcción política”. La fórmula “izquierda lacaniana” podría sostener una acción cuya ética incorpore las críticas al marxismo procedentes de la teoría de Lacan.



Por Jorge Alemán *

La perspectiva de una izquierda lacaniana –planteada en mi libro Para una izquierda lacaniana... (ed. Grama, 2009)– fue cuestionada de tres maneras, tal como puede leerse en blogs y lugares de Internet. La primera procedió de los propios lacanianos, que me dicen: ¿cómo va a haber izquierda lacaniana cuando es evidente la vocación escéptica de Lacan hacia todo tipo de proyecto de emancipación política? A lo largo de su enseñanza, Lacan formuló una serie de advertencias: la revolución es el retorno de lo mismo; la crítica a la propiedad, la familia y el trabajo refuerzan la propiedad, la familia y el trabajo; no hay ninguna civilización que logre curarse de una pulsión de muerte irreductible; quienes sueñan con las mañanas que cantan están preparando las condiciones para que venga lo peor; etcétera, etcétera. Y a esto se puede agregar la vocación solitaria del propio Lacan, esa vocación de hombre de excepción, su disgusto por la multitud, por el número, y su distancia irónica con respecto a las construcciones sociales de la izquierda. Así que estoy metido en un lío por haber realizado esta especie de oxímoron, esta especie de chiste que es la fórmula “izquierda lacaniana”.

Pero también he visto en los últimos años que muchos de estos argumentos lacanianos, de estas reticencias de Lacan hacia las construcciones de la izquierda, se deslizaban ideológicamente hacia un nuevo tipo de argumentación del individualismo liberal: una argumentación más laica, más sabia, más escéptica, más cínica. Y me parece lamentable entregar la enseñanza de Lacan a las coartadas del individualismo liberal. En esto, por supuesto, ha tenido mucho peso la herencia de la que provengo: herencia de izquierda a la que me considero fiel, lo cual no implica reproducirla, sino tratar de reinventarla. Así que mi primera cuestión es hacer valer, para la izquierda, aquellas observaciones de Lacan, con el propósito de que estas puntuaciones puedan generar en la izquierda una disponibilidad distinta. Por lo demás, les he aclarado a mis colegas lacanianos que en ningún momento he tratado de formar un grupo referido a la izquierda lacaniana, ni escuela ninguna bajo ese nombre, y que yo mismo no pertenezco a la izquierda lacaniana. Todo lo que se mueve en relación a la izquierda lacaniana no se abre a ningún punto de identificación. Si hay algo que me apasiona de la operación izquierda lacaniana es que es refractaria a toda identificación.

El otro ataque que he visto en Internet viene del campo marxista, en cuanto este planteo objetaría la lucha de clases, la función histórica del proletariado, su constitución como sujeto histórico. En esto, sí, conviene tomar en serio muchas observaciones de Jacques Lacan. Efectivamente, Lacan tiene lecturas de Marx donde muestra que el solo hecho de que la fuerza de trabajo se compre y se venda como mercancía no genera al proletariado –ni de inmediato ni de manera inmanente– como un sujeto susceptible de transformarse en un protagonista de un proceso emancipatorio. Una de las lecturas que Lacan hace de la famosa dialéctica hegeliana lleva a mostrar que el esclavo también goza.

Pero lo que es más importante, para Lacan, es que no hay un fundamento que sirva como base y determinación en una última instancia, no hay fundamento saturado conceptualmente: siempre hay una brecha, y esto es muy importante para la izquierda lacaniana; siempre hay una brecha ontológica, una falla ontológica insalvable, incurable, entre lo real y la realidad. Ya saben que, en la enseñanza de Lacan, el término real y el término realidad no se recubren. La realidad es una construcción simbólico-imaginaria que vela lo real, y cuando éste emerge, lo hace siempre como dislocación, como ruptura, como pesadilla, como angustia, como lo siniestro. Por lo tanto, para Lacan no hay nunca una estructura que pueda ser saturada y totalizada conceptualmente. Toda estructura está socavada desde adentro, intervenida, podríamos decir, por un resto que le es heterogéneo: por eso Lacan nunca aceptó la idea marxista de una estructura que pudiera determinar en última instancia la economía política y por lo tanto la realidad del capitalismo.

Entonces, un primer punto que la izquierda lacaniana debería tener en cuenta es esa brecha: no es posible concebir la realidad de una manera homogénea. Cuando Lacan habla de lo preontológico del psicoanálisis, no quiere decir que el psicoanálisis sea deficitario desde el punto de vista ontológico, sino que no hay fundamento último que garantice la totalidad de la realidad; que se trata de una ontología agujereada, tachada. Esta brecha entre lo real y la realidad es absolutamente insalvable, incluso para la economía política. Siempre hay un resto heterogéneo que la totalidad no puede conceptualizar.

Algunos marxistas me acusaron de que mi proyecto de izquierda lacaniana pretendería cancelar la actividad política del proletariado como sujeto histórico: en mis textos muestro que, precisamente por esa brecha entre lo real y la realidad, lo que sí puede surgir –y siempre de manera contingente, nunca garantizada a priori– es un antagonismo, que no es en absoluto equivalente a la lucha de clases. La dislocación entre lo real y la realidad puede dar lugar a un antagonismo, pero sólo si éste se construye, si se inventa; nunca viene de manera inmanente, garantizado. Tampoco está garantizado que ese antagonismo, en el caso de que emerja, tenga per se una orientación emancipatoria. Todo eso exige la presencia de lo que llamamos lo político, la presencia de la construcción política.

En el marxismo clásico, la lucha de clases constituía un a priori objetivo del proletariado como sujeto revolucionario. Hay que decir que las revoluciones históricas nunca tuvieron a ese sujeto ya constituido: siempre hubo que inventarlo, a veces con resultados no muy deseables. En todo caso, en la formulación que yo he planteado bajo la rúbrica “izquierda lacaniana”, la respuesta al marxismo es que sí, nos interesa el antagonismo. Y, me parece, se desprende de la enseñanza de Lacan que la “diferencia absoluta” de la que él habla no puede nunca estar encubierta por las diferencias que introducen las jerarquías del mercado. Quiero decir: la explotación de la fuerza de trabajo es un insulto a la diferencia absoluta.

En la sociedad lacaniana postcapitalista, si la hubiera, que no tiene nombre y ni siquiera se la puede nombrar como socialismo, habría siempre diferencia absoluta y por lo tanto habría neurosis, psicosis, trastornos, enfermos, angustiados, suicidas; pero esa diferencia encontraría por fin un ámbito de despliegue que no quedaría colonizado por las diferencias jerárquicas del orden burgués de explotación capitalista. Marcar la distinción entre la diferencia absoluta y el orden jerárquico del sistema capitalista no es lo mismo que suponer un proletariado que tuviese en sí mismo, como clase, la capacidad para desconectar la maquinaria capitalista.


Ley del corazón

Nada había en Lacan que favoreciera la idea de una izquierda. Fue asumiendo un legado personal como he tratado de forzar y violentar las cosas para reunir estos dos términos, “izquierda lacaniana...”, con puntos suspensivos que señalan el carácter conjetural de esta formulación. Lacan citó en muchas ocasiones a Hegel sobre la ley del corazón y el delirio de presunción. Tras la referencia al hombre del placer, para el que la ausencia de un concepto de lo universal arruina su relación con los placeres y los vuelve mortíferos –en esto Hegel parece un gran teórico de la vida contemporánea–, viene la “ley del corazón”, donde se pone en juego la dimensión de lo universal: el corazón saca de sí mismo la ley, que sale de su propia subjetividad para encarnarse como universal. Podría ser éste el caso del hombre de izquierda: alguien que no acepte ya la teleología marxista, que no acepte ya las leyes de la historia; alguien que haya comprendido la fundamentación metafísica de la base marxista y la haya deconstruido y que, ya como izquierdista desfundamentado, intente desde su propia singularidad transformar la historia y con su singularidad, con su ley del corazón, hacer la ley.

Tanto Hegel como Lacan explican que, una vez que la ley está fuera de uno mismo, se vuelve extraña, hostil. Lo primero que hace esa ley es matar a sus propios fundadores, contragolpear a aquellos que la han constituido. En mi propio análisis de esta izquierda lacaniana, no pude dejar de atravesar la interrogación acerca de si yo mismo no estaba cautivado por esa ley del corazón; si, en tanto ya no acepto que haya leyes objetivas como las que postulaba Marx, mi izquierda lacaniana no está capturada por la ley del corazón. Y Lacan se refirió a la ley del corazón como “la fórmula general de la locura”: la cuestión, entonces, es cómo fundar un acto político sin paranoia, cómo fundar una relación con un orden que no sea paranoico, con una ley que no esté capturada por el que Hegel llamó delirio de presunción, por el cual, cuando la ley que uno mismo ha fundado se vuelve hostil, es declarada enemiga. No tengo todavía una respuesta a esto, salvo que para correr el riesgo de la fórmula de la locura, de la ley del corazón, hay que apostar por una experiencia política.

La emancipación ya no puede venir acompañada de la idea de que hay un poder exterior que nos somete. La emancipación tiene que ver siempre con el propio sujeto y con su propia relación con el superyó. Como explica muy bien Freud, lo que hace que civilizaciones absolutamente injustas perduren muchísimos años hay que investigarlo más en el fantasma “Pegan a un niño”, en el fantasma masoquista, que en los aparatos ideológicos del Estado o en los mecanismos de las sociedades disciplinarias o de control. Hay que investigarlo en las que clásicamente se llamaron servidumbres voluntarias, en el papel que cumple el goce en la fijación a determinadas estructuras. Por ejemplo, el capitalismo es un movimiento que todo el tiempo cambia, pero que está fijado libidinalmente al relanzamiento de la falta y el exceso. Entonces no veo posible no transitar por el riesgo de la ley del corazón, y la única manera que, pienso, puede advertirnos del contragolpe inevitable de la hostilidad de la ley que nosotros mismos hemos fundado es aceptar, tal y como Lacan propuso en su lectura de Antígona de Sófocles, que una experiencia ética requiere siempre, por lo menos en su matriz, responder a una instancia que nos demanda algo excesivo; algo que nos supera.

* Extractado de una intervención en el congreso “Inconsciente y filosofía. Una nueva manera de pensar lo político”, Colegio de España en París, mayo de 2010.

Fuente: Página 12, jueves 17 de febrero de 2011.

martes, 8 de febrero de 2011

Psiconanálisis: En relación al Seminario Vlll, pongo a disposición una versión de El Banquete, que encontré en la net, espero les resulte de utilidad

El Banquete; Platón
Filosofía griega. Pensamiento platónico. Diálogos. Discursos. Amor y belleza
Filosofía y Ciencia



El banquete es el dialogo que Platón dedica al amor, es decir al dios Eros y a la importancia que este ejerce sobre los humanos. Este diálogo no tiene la estructura socrática de preguntas y respuestas sino que cada personaje interviene para exponer sus ideas sobre Eros.
RESUMEN
Apolodoro se encuentra con un amigo, que al igual que otras gentes le preguntan insistentemente sobre la reunión que mantuvieron en la casa de Agatón, Sócrates, Alcibíades y otros más, además de cuales fueron sus discursos sobre Eros. Así pues todos pensaban que Apolodoro estuvo en esa reunión, cosa incierta, le explica, ya que esa reunión tuvo lugar para celebrar el triunfo de Agatón en las Panateneas, cosa que había ocurrido hace algunos años, además del tiempo que había pasado desde que Agatón abandonara la ciudad. Así la referencia que Apolodoro tenía era de Aristodemo de Cidateneon que al parecer asistió a la reunión, y es quien le habla sobre las intervenciones.
De esta manera comienza Apolodoro la narración de lo que ocurrió en aquel tiempo.
El propio Aristodemo vio a Sócrates vestido de una manera elegante, y tras preguntarle que adonde iba, este le explico que se dirigía a casa de Agatón a la celebración privada de su victoria, y así Aristodemo decidió unirse al banquete, diciendo haber sido invitado por Sócrates para no pecar de insolente. Tras esta conversación con Sócrates, Aristodemo entra solitario en casa de Agatón y explica que Sócrates se había quedado atrás mientras reflexionaba, y se encontraba en pie en el portal como según Aristodemo, es su costumbre. Sócrates entro cuando la cena ya había comenzado. Tras haber comido y realizado el pean (cantos en honor a los dioses) se dedicaron a la bebida, y tras preguntar Pausanias, que cual era la mejor forma de beber, Erixímaco como médico les habló y les dijo que la medicina le había hecho ver que la bebida era perjudicial para el hombre, y de esta manera todos decidieron que esa reunión no tendría por objeto la embriaguez, pero solo beberían por placer.
Seguidamente Erixímaco interviene y explica con palabras de Fedro que ningún poeta ha dedicado jamas sus elogios a Eros y que sería que ellos dedicarán esta reunión a este dios. Todos estuvieron de acuerdo en aceptar este tema.
Discurso de Fedro
Según Fedro Eros es el dios más antiguo de cuantos existen, ya que ningún prosista ni ningún poeta han hablado de sus padres. Aunque Hesiodo afirma que primero se engendro al Caos y tras él Gea y Eros, narración que coincide con la de Acusilao, pero no con Parménides que también acepta a Eros como el primer dios, por lo tanto se puede afirmar que Eros es uno de los dioses más antiguos.
Así pues, Fedro piensa que es de las cosas más bellas ya que no hay nada mejor para el joven que un amante y viceversa, y que el amado es la persona ante la que no se siente vergüenza al ser visto realizando un acto vergonzoso. Explica entonces Fedro que un ejercito compuesto por amantes y amados sería el más fuerte, ya que Eros penetra en los cuerpos otorgando valor y arrojo.
Fedro expone a continuación tres ejemplos sobre la valentía que Eros produce.
En primer lugar narra el ejemplo de Alcestis, que tras el valor demostrado por pretender morir por su marido, fue recompensada por los dioses y devuelta del Hades a la vida.
En cambio Orfeo, pretendió entrar en el Hades en vida para recuperar a su esposa, lo que provocó que no la pudiera recuperar sino que fue castigado a morir a morir a manos de mujeres.
Cuenta ahora Fedro el tercer ejemplo, el de Aquiles. Tras haber matado Héctor a su amante, es avisado por su madre de que si mataba Héctor moriría él también y si no lo hacía regresaría a su ciudad y moriría de viejo, aún sabiendo esto mato a Héctor para vengar a su amado y la recompensa de los dioses fue mayor que la de Alcestis, ya que fue enviado a las islas de los Bienaventurados, donde los elegidos vivían felices.
Así Fedro afirma: “Eros es el más antiguo, el más digno de honra y el más poderoso de los dioses para conseguir a los hombres la virtud y la felicidad, tanto vivos como muertos”
Discurso de Pausanias
Al parecer antes de Pausanias intervinieron otros personajes que Aristodemo no recuerda.
Pausanias comienza su discurso corrigiendo a Fedro, ya que según el no existe un solo Eros sino y por tanto no podemos distinguir a cual de ellos se está alabando. La explicación que Pausanias da es la siguiente: No puede existir Afrodita sin Eros, por lo que si hay dos Afroditas, necesariamente han de haber dos Eros. Existe una Afrodita (la más antigua) hija sin madre de Urano, a la que se le llama Urania, y otra más joven hija de Zeus y Dione, a la que llamamos Pandemos. Así pues distinguimos entre el Eros Pandemos y Eros Uranio. El primero es vulgar y es propio de los hombres que se enamoran de las mujeres antes que de los muchachos, ya que prefieren sus cuerpos a sus almas, y buscan la satisfacción antes que la belleza.
El de Urania sin embargo, es el que hace que los hombres sientan amor por lo masculino, es decir por la naturaleza más fuerte y con más inteligencia.
Los que poseen este Eros no se enamoran de los jóvenes sino cuando tienen entendimiento y no cuando son niños, ya que esto, según Pausanias, debería estar penado por alguna ley, aunque los hombres de bien aplican espontáneamente esta ley. Pero en los lugares donde se está sometido a los bárbaros complacer al amante se considera vergonzoso, al igual que la filosofía o la gimnasia (todas estas doctrinas atenienses), estas normas pues han sido establecidas por la maldad.
Pero aquel que esta dispuesto a realizar actos vergonzosos por su amante no ha de sentirse avergonzado, ya que realiza actos bellos. Pero si son vergonzosos los reproches a los jóvenes por hablar con sus amantes.
Para Pausanias la conclusión de su discurso es: “Este es el Eros de la diosa Urania, uranio (celeste) él también y de gran valor, tanto para la ciudad como para los ciudadanos particulares, pues obliga al amante y al amado a tener un gran cuidado, cada uno de si mismo, en orden a la virtud. Todos los demás son de la otra, la Pandemos (Vulgar). Esta es, Fedro, mi contribución en lo que he podido improvisar a tu propuesta sobre Eros”.
Discurso de Erixímaco
Continua la narración de los discursos por parte de Aristodemo, cuenta ahora que el turno pertenecía a Aristófanes, pero le fue imposible a causa de su hipo. Entonces Erixímaco, médico, le explica que para parar este hipo debe contener la respiración, si no funcionara haciendo gárgaras con agua, y si tampoco funcionara debería hurgarse la nariz hasta estornudar, así cesaría el hipo.
Erixímaco comienza ahora su discurso sobre Eros. Acepta la distinción entre los dos Eros que ha realizado Pausanias, pero no cree que se encuentre únicamente en las almas de los hombres para con los jóvenes bellos sino en todos los seres. Según Erixímaco la salud y la enfermedad son desiguales, y aquello que es desigual, ama las cosas desiguales, por lo que Eros está presente, tanto en aquello enfermo como en lo sano. Así como decía Pausanias, hay que complacer al buen amante pero no al desenfrenado, al igual que se debe complacer a lo sano y nunca a lo enfermo, ya que esto es vergonzoso, y la medicina consiste en llevar al cuerpo al amor por lo sano. Al igual Eros también se ocupa de reconciliar aquello que esta opuesto como lo frío y lo caliente, lo amargo y lo dulce, etc. Aunque también afecta a otras disciplinas, como por ejemplo en la música, porque según dice Erixímaco esta nace por la intervención de Eros para que lo grave y lo agudo armonicen, al igual que lo rápido y lo lento. Pero también es necesario que aquel que vaya a componer sea un hombre mesurado y que posea eros, tanto uno como otro pues los dos se encuentran en ellas. También habla de las estaciones del año, que cuando están equilibrados el calor y el frío, lo seco y lo húmedo, hay un buen año y buena salud para hombres y animales, pero cuando el Eros vulgar se hace más fuerte, entonces causa grandes daños. Como también ha de estar presente en la mántica (comunicación entre dioses y hombres) para que haya piedad y justicia en ella.
La conclusión que Erixímaco extrae de su exposición es esta: “Así, es múltiple y grande o, mejor dicho, total el poder que, en general, tiene Eros total. Pero el que se realiza en el bien junto con la prudencia y la justicia, tanto en nosotros como en los dioses, ése es el que tiene mayor poder y nos proporciona toda la felicidad y nos hace capaces de relacionarnos unos con otros y de ser amigos incluso de los dioses más poderosos que nosotros. Quizás también yo me deje muchas cosas al hacer la alabanza a Eros, pero, desde luego, sin querer”.
Tras esta conclusión Erixímaco cede el turno a Aristófanes una vez que le ha cesado el hipo y los dos bromean sobre esto.
Discurso de Aristófanes
Comienza este discurso que al principio de los tiempos eran tres los géneros, hombre, mujer y andrógino, que eran seres que poseían características de los dos anteriores, además tenía cuatro manos, cuatro pies y dos rostros opuesto sobre una misma cabeza y los dos sexos; su forma era circular y era muy poderoso, tanto que llego a pelear contra los dioses. Contra estos ataques, Zeus decidió dividir a estos seres en dos partes para que su poder fuera menor. Así al quedar divididos añoraban su otra mitad y buscaban siempre unirse a otra tanto si era de su sexo como si era distinto y así morían. Zeus decidió entonces poner “sus vergüenzas” (termino empleado por Platón en lugar de sexos, tá aidoiai) delante de su cuerpo para que engendraran en su interior y no en la tierra, y así hacer que pudieran reproducirse el macho en la hembra, y permitir la relación entre macho y macho. De esta forma Eros es que une la naturaleza humana y el que hace que una parte desee a la otra. Así si un hombre resulta de la unión de los dos sexos, son aficionados a las mujeres y son considerados adúlteros al igual que si se trata de mujeres. Todas las mujeres que son corte de mujer, tienden hacia la mujer. Al igual que todos los hombres que nacen de un corte masculino tienden hacia el macho, y aman a los hombres, siendo esto signo de hombría y virilidad, y son aquellos que han de dedicarse a la política, ya que cuando se convierten en hombres, olvidan su matrimonio y desean estar siempre con su amado ya que descubren y quedan sorprendidos de la auténtica amistad. Esto es así ya que en la antigua naturaleza se encontraban unidos y ahora lo desean. Con lo que Aristófanes concluye: “Por ello, es preciso que todo hombre recomiende ser piadoso en todo para con los dioses para que esquivemos lo uno y alcancemos lo otro, teniendo a Eros como nuestro guía y general. Nadie actúe en su contra; y actúa en su contra cualquiera que se enemista con los dioses. Pues si reconciliamos y nos hacemos amigos del dios, encontraremos y hallaremos a nuestros respectivos amados, cosa que pocos de los de ahora logran”.
Antes de intervenir Agatón, Erixímaco dice que únicamente quedan el y Sócrates y que sus discursos han de ser muy buenos ya que el nivel está muy elevado, pero esta tranquilo ya que sabe que tanto Agatón como Sócrates son expertos en Eros. Finalmente interviene Sócrates estableciendo un diálogo con Agatón, en el que le explica que no ha de avergonzarse de hablar ante ellos, Fedro interrumpe y bromea sobre Sócrates, y su afición al diálogo.
Discurso de Agatón
Agatón dice que se ha de hablar primero sobre el propio dios y de su belleza. Primero dirá que acepta muchas cosas del diálogo de Fedro, pero no que sea Eros el más antiguo de los dioses, ya que siempre es joven y la vejez nunca le afecta. Habita Eros en las almas de los dioses y de los hombres, pero no en todas las almas, si encuentra alguna de carácter duro se marcha, si es tierna habita en ella, es joven y delicado. Su cuerpo es simétrico y proporcionado y busca lugares floridos y perfumados. Habla ahora Agatón sobre su virtud. Es justo con todos los dioses y hombres por lo que tampoco recibe injusticia alguna ni tampoco violencia. También goza de la prudencia, por lo que sabe controlar los placeres, y en cuanto a su valor, supera incluso a Ares que es dominado por Eros.
Explicadas todas sus virtudes pasa ahora Agatón a hablar sobre la sabiduría del dios, de la que dice que es un dios poeta lo bastante sabio como para crear otro, o acaso ¿no son todos los seres humanos frutos de este dios?, así Apolo inventó el arte de manejar el arco, la medicina y la mántica, llevado por el deseo, por lo que Apolo es discípulo de Eros, como Musas respecto a sus artes; por lo que al nacer Eros se acabaron los problemas entre los dioses, y se originaron bienes para hombres y dioses. Concluye Agatón de esta manera: “Él nos vacía de hostilidad, nos llena de familiaridad haciendo que tengamos encuentros mutuos como éste, convirtiéndose en nuestro guía en fiestas, danzas y sacrificios y procurándonos mansedumbre y despojándonos de crueldad...”.
Discurso de Sócrates
Tras el discurso de Agatón todos los presentes allí rompieron en aplausos por su gran intervención que incluso llevo al propio Sócrates a felicitarle. En la felicitación Sócrates afirma tener miedo por no poder superar el elevado nivel al que Agatón ha llegado y dice que temía que arrojara frente a él la cabeza de Gorgias y que al mirarle le convirtiera en piedra. Al decir en esta ocasión Gorgias Platón hace equivocar a Sócrates que debía haber dicho Gorgonas que estos si son espantosos animales que convertían en piedra a quien miraban, mientras que Gorgias es el sofista fundador de la retórica. Tras esto Sócrates habla sobre su conocimiento sobre todo lo erótico y afirma que fue un error admitir pertenecer a este dialogo ya que él no se cree capaz de elogiar al dios Eros de la manera que ellos lo han hecho y por ello en un principio decide abandonar la reunión para no ser objeto de las risas de todos los presentes, aunque inmediatamente Fedro le invita a hablar de la manera que él creyera más oportuna sobre el tema. Comienza ahora un diálogo entre Sócrates y Agatón.
Sócrates le dice a Agatón que le ha parecido fenomenal como ha comenzado Agatón su discurso planteando primero como es Eros en si mismo y después en sus obras. Tras esta felicitación le plantea la primera pregunta de su diálogo socrático con Agatón: “¿Es Eros de tal manera que sea eros de algo, o bien no lo es de nada?”, con esta pregunta lo que pretende decir Sócrates no es si Eros viene de un padre o de una madre, sino donde está presente Eros, donde encontramos a Eros. Utiliza ahora el ejemplo del hombre que es rico, si un hombre es rico ¿desea ser rico?, no ya que si ya lo es no puede desearlo, solo lo podría desear en el futuro porque en este momento quiera o no es rico. Esto es aplicable a Eros, es en tanto que carece, es decir, si carece de algo de algo tiene el deseo de ese algo y ahí encontramos su ser que es el propio deseo. Por tanto es en primer lugar de algo y después de algo que carece. Así hace llegar a Agatón a esta conclusión.
Ahora Sócrates le hace recordar como empezó su discurso, diciendo que gracias a Eros los problemas entre los dioses se solucionaron, ya que este es bello. Pero Eros es aquello de lo que carece, y por tanto carece de belleza, ¿cómo puede ser bello entonces?, y al igual dice que es bueno por lo que carece de bondad, ante lo cual Agatón no sabe responder.
Ahora para explicar esto Sócrates contará el discurso de Diotima, una mujer sabia que le habló sobre Eros. Según ella por ejemplo la recta opinión sería algo intermedio entre la sabiduría y la ignorancia, al igual que Eros que no es bueno ni bello (por lo que anteriormente explico Sócrates) pero tampoco es feo ni malo, sino aquello intermedio entre las dos cosas. Tras aceptar esto Sócrates, surge otra pregunta ¿puede este ser un dios si no es completamente bello o feliz?, la respuesta es no ya que Eros no es un dios sino un demon, es decir algo intermedio entre dios y mortal. Su poder no es otro que el de permitir la “comunicación” entre dioses y hombres, es decir tanto en ayudar a los hombres con sus sacrificios a los dioses, en la mántica y en la magia. Así como ayuda a los dioses para que tengan que mezclarse con los hombres. Pasan ahora a explicar el mito del nacimiento de Eros, según el cual Eros nació de la relación entre Penía (pobreza) y Poros (Recurso), la primera hizo un hijo con este aprovechando que estaba embriagado por el néctar de una fiesta que se celebraba por el nacimiento de Afrodita. Así Eros es acompañante de Afrodita porque nació en la celebración de su fiesta y es amante de lo bello y lo bueno porque Afrodita lo es.
Al nacer de Penía es pobre y dista de ser delicado y bello, camina descalzo y no tiene hogar, pero como su padre es valeroso, audaz impetuoso, un gran cazador a la vez que un gran sofista. No es tampoco mortal ni inmortal sino que algunos días vive y a veces muere para volver a revivir. Es pues Eros la unión de todo aquello que es equilibrado, y el mismo es equilibrio. Para Diotima pues la función de Eros no es otra que la de ser feliz, ya que quien busca el amor y lo encuentra alcanza la felicidad.
Ahora Diotima utiliza el ejemplo de la póiesis para hacer una generalización de Eros en cuanto a los campos que abarca. La póeisis es entendida como aquella de lo que resulta un producto o una creación. Así no todos aquellos que crean algo se llaman poetas, sin embargo han pasado de lo que no es a algo que es, igual ocurre con Eros, que es en toda apetencia de las cosas buenas y se utiliza en muchas disciplinas como el negocio, la gimnasia o la filosofía, pero de ninguno se dice que ame o que sea amante, así pues el objeto de Eros es poseer siempre lo bueno aunque no se reconozca. Existe además un Eros productivo que se encarga de todo lo bello y lo bueno que existe en la procreación, que a través de ella el mortal busca ser inmortal. Aunque según le explica continuadamente Diotima a Sócrates la verdadera inmortalidad no se consigue engendrando sino se consigue a través del alma y del recuerdo, como aquellos que mueren por sus hijos o amigos. Por lo tanto para iniciarse en la sabiduría del eros, es necesario que desde jóvenes los hombres aprecien y engendren en aquello que es bello y descubran la belleza del alma, y que el cuerpo posee muy poco valor. Así pues los que han sido educados en la ciencia del eros verán la belleza no como una ciencia, ni como ningún ser que exista en la tierra sino como una cosa única, y de la que las demás cosas bellas participan, y así no verá imágenes de virtud sino virtudes mismas y verdaderas y le será así posible llegar a ser amigo de los dioses y ser inmortal. Termina ahora el discurso que Diotima explico a Sócrates y este quedo totalmente convencido.
Entró en el Banquete Alcibíades, con la pretensión de coronar a Agatón por su victoria y a participar del discurso si se lo permitían los que allí se encontraban. Comenzó a insultar a Sócrates, pues era conocido su amor por este y los celos que sentía constantemente. Tras servirle a este una copa de más de ocho cótylas (algo más de dos litros), este comenzó a alabar a Sócrates para risas de sus amigos, tras lo que comenzó su discurso en el que pretende una alabanza a Sócrates por medio de figuras.
La primera comparación la realiza con un sileno, un ser parecido a un sátiro que acompañaban a Dionisios, dios del vino y del delirio místico, y que eran conocidos por su sexualidad; además afirma que se parece al sátiro Marsias, inventor de la flauta, ya que sus melodías, las interprete quien las interprete, son las únicas que nos llenan, al igual que ocurre con las palabras de Sócrates, ya que según Alcibíades experimenta grandes sensaciones cuando escucha a Sócrates más incluso que cuando escucha grandes oradores como Pericles, y que es ante él ante el único que siente vergüenza. La comparación del sileno es debida a que según Alcibíades, Sócrates siempre está rodeado de jóvenes bellos y además lo ignora todo y no sabe nada, características de los silenos. Además opina que Sócrates desprecia a los hombres incluso cuando son bellos. Alcibíades cuenta seguidamente todos sus intentos de seducción a Sócrates, y todos ellos han resultado nulos, como hacer ejercicios y luchas con él, pero incluso cuando están a solas este espera que Sócrates le hable como un amante pero no responde así. De esta manera compara este dolor con la picadura de una víbora ya que los que la han sufrido solo lo quieren comentar con otros que también lo hayan padecido ya que son los únicos que lo pueden entenderme, y es ante ellos ante quien habla, pues cree que ellos lo pueden comprender. Y así cuentas como tras una cena, tan pronto como se apago la luz y los esclavos se marcharon, Alcibíades despertó a Sócrates y le dijo que era el único digno de convertirse en su amante, y ante cualquier necesidad suya o de sus amigos la respuesta por su parte sería inmediata, y durmió abrazado a Sócrates toda la noche y este despreció esto y se río de él. Otras virtudes que encuentra en Sócrates en su equilibrio y control de si mismo, pues es capaz de beber más que nadie pero nadie jamás lo vio borracho, como en invierno mientras otros se cubrían pies y espalda y él caminaba descalzo por el hielo. Otra anécdota es que permaneció de pie meditando durante un día entero, y unos soldados lo vigilaron para averiguar si también lo hacía durante la noche, y permaneció de pie hasta que llego el sol, realizó una plegaria y se marcho. Podrían ser contadas muchas anécdotas -dijo Alcibíades- pero esto no sirve de nada ya que este hombre no se parece a ningún otro y podríamos solo compararlo a Brasidas, Pericles o Néstor, pero ninguno de estos le es próximo. Esto es lo que Alcibíades opina de Sócrates y lo que admira de él, que se comporta como un amado y nunca como un amante. Todos rieron y le advirtieron que estaba sobrio por su franqueza, y además se había echado entre Sócrates y Agatón para separarlos aunque Sócrates, llamo a Agatón para que volviera a su lugar anterior, porque de esta manera se sentará a su derecha y será alabado por este como él ha sido alabado por Alcibíades. Tras esto un grupo de juerguistas entraron por estar las puertas abiertas y todos tuvieron que beber en gran cantidad, tras lo que Aristodemo, no recordaba más. Cuando todos estuvieron dormidos Sócrates se puso en pie y se marchó.