jueves, 9 de junio de 2011

Psicoanálisis: Subversión del sujeto y dialéctica en el inconciente freudiano, puntuación para el grupo de estudio.

En varias entregas voy ir subiendo al blog, el material trabajado en el grupo de estudio. Aquí va entonces la primera parte.



Este material tiene la finalidad de permitir un primer acceso al texto de Lacan, considerando las dudas planteos y dificultades que han ido surgiendo en los encuentros. Por lo tanto, quedarán aspectos por profundizar y por desarrollar. Es un corte de lo establecido por Lacan con el objetivo de señalar algunos puntos cruciales. Como libros de referencia voy tomar dos de Alfredo Eidelsztein, un o de ellos “El Grafo del Deseo” y el otro “Las Estructuras clínicas a partir de Jacques Lacan”, ambos de la editorial “Letra Viva; y “Una introducción a Lacan” de D`angelo Carbajal y Marchilli, Lugar Editorial.
Como señalaba al inicio se trata de una versión o mejor dicho de un modo de lectura vinculado al trabajo en un grupo de estudio. El objetivo que hemos ido construyendo es tratar de lograr comprender algunos conceptos clave en la teoría de Lacan, dejando abierta la posibilidad de otras interpretaciones y formas de abordar el mismo material.
La separación de los párrafos con números es una maniobra mía, en razón de lo que explicaba, una metodología para facilitar la lectura. No tiene ninguna otra pretensión y es perfectamente cuestionable o variable.


1) El sujeto, la nesciencia, o la subversión del sujeto clásico de la ciencia.

El texto sitúa al inicio una modalidad para dar cuenta del sujeto, dice Lacan “Resumirlo así tiene el interés de presentarnos una mediación fácil para situar al sujeto: en una relación con el saber”. Tenemos entonces una al sujeto vinculado con una relación específica al saber. Lo señala además con el sabio que se dedica a la ciencia, en tanto desconoce los alcances de sus conocimientos, esto es: ignora la repercusión social de su descubrimiento científico. Podemos entender que lo que hace del científico un sujeto no es su conocimiento sino mas bien el punto de su ignorancia.
Lacan: “Ya solo esto merece que se hable de un sujeto de la ciencia”. Entonces aquello que queda por fuera como la ignorancia del científico es lo que se recupera para pensar al sujeto. Tomo una frase del libro “Las Estructuras Clínicas a partir de Jacques Lacan”: “Cada cultura implica una modalidad de operar con el saber, que produce cambios en el efecto sujeto correspondiente como en la forma de responder a él. La idea rectora de estas elaboraciones es que la sociedad científica (la cultura que opera con el saber mediante una forma científica), tiene por correlato un efecto sujeto que le es antinómico.”(1). En mi opinión, esta cita es bastante ilustrativa del problema de cómo entender al sujeto. El intento de sutura que viene de la ciencia, no puede capturar este efecto de sujeto, sobre el cual el psicoanálisis se funda a partir de Freud.
Lacan se va a apoyar en Hegel, como referente (del cual va a presentar diferencias) para trabajar la noción de sujeto en psicoanálisis. Para avanzar propone tomar la experiencia del psicoanálisis como praxis. Pone en juego la necesidad del estatuto científico, como condición. Este es el escenario entonces para trabajar sobre la subversión del sujeto clásico que tratará de definir.
Va a establecer que las condiciones de la ciencia no pueden ser el empirismo y va a cuestionar en ese movimiento la “etiqueta científica” de la psicología. De lo que se trata es de una función del sujeto a partir de la experiencia del psicoanálisis. Rechaza el criterio de la psicología académica en tanto plantea al sujeto, como un sujeto del conocimiento o la versión de lo psíquico y lo orgánico entendidos en una unidad. Podemos entender que está levantando el efecto sujeto, en la dificultad de que sea reabsorbido en el dominio o la unidad del mismo.
Vale decir no nada de natural, ni del autoconocimiento, ni de lo inefable, ni de la perfección espiritual en el concepto de sujeto que el psicoanálisis pone en forma. En la cultura el sujeto en estos términos porta una carga de malestar, para la cual Freud aportó una salida. Pero para ello cambió las coordenadas: No trató los estados hipnoides de la histeria como un fenómeno, sino que eligió el discurso de la histérica, la puso a hablar. ¿Para qué?, para avanzar, para conocer. Descubrió que en el decir, había una argumentación en juego.
Entonces siguiendo el texto de Lacan, la indicación es muy precisa, al inconciente hay que interrogarlo, hasta el punto que ponga en juego justamente argumentos. Se trata de “llevar” al sujeto a un desciframiento, a establecer cual es la lógica que lo comanda.
El psicoanálisis se apoya en la razón de los argumentos, no es una experiencia inexplicable o ideal.



2) La verdad.

Freud saca al hombre del lugar del centro del mundo o lo más elevado de la evolución, asunto que tiene un aire de revolución.
A partir de Freud se produce un nuevo anudamiento entre saber y verdad. Hay una crítica a la ciencia entendiendo que como solución ha cerrado la frontera del saber y la verdad. El psicoanálisis dice Lacan representa en ese punto “un nuevo sismo”.
Cita conmocionante: “…la verdad está en reabsorción constante en lo que tiene de pertubador, no siendo en si misma lo que falta para la realización del saber.” Un poco después encontramos “La verdad no es otra cosa sino aquello de lo cual el saber no puede enterarse de lo que sabe sino haciendo actuar su ignorancia. Crisis real en la que lo imaginario se resuelve, para emplear nuestras categorías, engendrando una nueva forma simbólica.” Creo que es todo una definición de la verdad en psicoanálisis, la verdad implica hacer entrar un elemento que por estructura ha quedado fuera, cuyo efecto es una nueva forma simbólica.
Esto significa que hay una noción de verdad mas allá del conocimiento, que si bien la ciencia intenta suturar, Freud agita esa cuestión y vuelve con la novedad de esa verdad que no es el conocimiento, en términos lacanianos es un efecto de la estructura. Aquello que el lenguaje no la reabsorbe, produce efectos y la función del analista leerlo.
No hay posibilidad de identidad con si mismo para el sujeto, no hay realización del conocimiento. Nada es inmanente, “es en otro sitio donde debe sonar la hora de la verdad”.
Lacan nuevamente hace una reverencia a Freud en el punto de señalar una nueva relación entre la verdad y el campo de la ciencia, a partir de Freud la verdad (reprimida) retorna.


3)Inconsciente y lingüística.

“El inconsciente ,a partir de Freud, es una cadena de significantes que en algún sitio (en otro escenario, escribe él) se repite e insiste para interferir en los cortes que le ofrece el discurso efectivo y la cogitación que él nos informa.” Quiero agregar unas líneas que encontré en “Una introducción a Lacan”: “Lacan dirá que es un sitio (refiriéndose al lugar del Otro) para destacar que no es un lugar espacial; de aquí se desprende que es el tesoro del significante y las reglas de su empleo”. Me interesa retener la idea de sitio como diferente de lugar, al momento de operar con el concepto de inconsciente. Tenemos entonces, una definición de inconciente a partir del encuentro con la lingüística. Lacan aclara que a Freud le faltó la lingüística como instrumento por razones históricas; hace el paralelo de los mecanismos del proceso primario con la metáfora y la metonimia, a partir de los conceptos de sustitución y combinación del significante tanto en la sincronía como en la diacronía.
Aceptada tal definición es decir el inconsciente estructurado como un lenguaje, surge la pregunta por qué sujeto atribuirle. Nos dice que no coincide con el yo, en francés ni con el Je ni el moi. Toma el shifter para ubicar que “en el sujeto del enunciado designa al sujeto que habla en cuanto tal.” No hay significante del sujeto de la enunciación en el enunciado.
Entonces ¿cómo pensamos al sujeto del inconsciente con estas coordenadas? No es el del enunciado tampoco el de la enunciación y no tiene significante que lo represente. Vuelvo a citar el texto: “A saber, la manera justa de contestar la pregunta: ¿Quién habla? Cuando se trata del sujeto del sujeto del inconsciente. Pues esta respuesta no podría venir de él, si él no sabe lo que dice, ni siquiera que habla, como la experiencia entera del análisis nos lo enseña.” Volvemos a notar que no hay identidad posible del sujeto con él mismo, como nos indica Lacan, es un sujeto que no sabe que está hablando ni lo que dice.
Nuevamente sitúa la imposibilidad de la transparencia del sujeto clásico. El significante entendido como la articulación, opera ocultando al sujeto freudiano: “Por lo cual el lugar del inter-dicto, que es lo intra-dicho de un entre dos sujetos, es el mismo donde se divide la transparencia del sujeto clásico para pasar a los efectos del fading que especifican al sujeto freudiano con su ocultación por un significante cada vez mas puro:………..” El entre dos significantes, es decir el mínimo posible de significantes divide al sujeto, queda entre significantes.
Un poco mas adelante Lacan señala que al sujeto se lo caza en el corte del discurso. La barra que hay entre significante y significado es el corte más fuerte. En este sentido el corte de sesión puede operar, está claro que no es el corte porque el tiempo de sesión terminó, sino cuando se corta en función de algo de lo que SE dijo. Son para el análisis los huecos, el vacío de sentido, los determinantes del discurso. A diferencia de la lingüística que hace del significante el determinante del significado. Entonces, como no hay significante del sujeto y esta no coincide ni con el enunciado ni con la enunciación, hay que pescarlo, Lacan dice que se lo caza, se lo sorprende. Recuerden que no sabe que habla ni qué habla y no sabe lo que dice; cómo se entera que está ahí, por el corte por la puntuación de su discurso.
Freud modifica la relación entre verdad y saber, el sujeto no sabe qué quiere, su deseo le es opaco. ¿Por qué? Hay dos consideraciones una podemos decir el efecto del significante y la otra la presencia del deseo del Otro. “…Freud afecta a todo cuerpo vivo ese margen mas allá de la vida que el lenguaje asegura por el hecho de que se habla, y es justamente aquel donde ese ser compromete en posición de significante no sólo que de su cuerpo se presta a ello por ser intercambiable, sino ese cuerpo mismo” Retengan entonces la entrada del significante para la constitución del sujeto, el cuerpo mismo se presta a la función significante.
Así como el instinto tiene la función de la supervivencia y una carga de conocimiento específico para el ser vivo de lo que se trata en el sujeto freudiano es de otro asunto. Hay una verdad que implica un saber ajeno al conocimiento, y que tiene la forma de un discurso que comanda al sujeto. Es un texto que no sabe que porta ni lo que dice, ni las consecuencias, ni siquiera que lo porta. Es un texto que está por afuera de lo que alguien puede conocer, se hace presente cuando actúa la ignorancia respecto de dicho texto, o sea cuando alguien se pregunta por qué le pasa lo que le pasa.
En términos del deseo, no es algo que se pueda decir, es irreductible a la demanda y a la necesidad, no es articulable. Es decir que es articulado, aparece en forma elíptica.