Entrevista poco conocida al psicoanalista francés Jacques Lacan (1901/1981), realizada en 1974 por Emilio Granzotto. Inédita hasta 2004, la publicación literaria Magazine Litteraire la publicó para felicidad de muchos lectores.
![]() Jacques Lacan:"En diez años máximo, el que me lea hallará todo transparente, como una buena jarra de cerveza".Emilio Granzotto - Magazine Litteraire.
EG: Cada vez se habla con más frecuencia de la crisis del psicoanálisis. Se dice que Sigmund Freud está obsoleto, la sociedad moderna ha descubierto que su obra no basta para entender al hombre, ni para interpretar a fondo su relación con el mundo.-
JL: Esos son cuentos. En primer lugar, la crisis. No existe tal crisis, no puede haberla. El psicoanálisis aún no ha encontrado sus propios límites. Todavía hay tanto por descubrir en la práctica y en el conocimiento. En el psicoanálisis no hay solución inmediata, sólo la larga y paciente investigación de las razones. En segundo lugar, Freud. ¿Cómo puede decirse que está obsoleto si aún no lo hemos entendido a cabalidad? Lo que sí es cierto es que nos ha dado a conocer cosas completamente nuevas que ni siquiera habríamos imaginado antes de él. Desde los problemas del inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, desde el acceso a lo simbólico hasta la sujeción a las leyes del lenguaje. Su doctrina pone en tela de juicio la verdad, es una cuestión que nos concierne a todos y cada uno personalmente. Es algo muy distinto a una crisis. Lo repito: estamos lejos de Freud. Su nombre también ha servido para cubrir muchas cosas, ha habido desviaciones, los epígonos no siempre han seguido fielmente el modelo, se han creado confusiones. Tras su muerte en 1939, algunos de sus alumnos también pretendieron ejercer el psicoanálisis de otro modo, reduciendo su enseñanza a una fórmula banal: la técnica como ritual, la práctica restringida al tratamiento de la conducta, y como medio de readaptación del individuo a su entorno social. Es la negación de Freud, un psicoanálisis de comodidad, de salón. El propio Freud lo previó. Solía decir que hay tres posiciones insostenibles, tres tareas imposibles: gobernar, educar y ejercer el psicoanálisis. En nuestros días, poco importa quién asume la responsabilidad de gobernar y todo el mundo se cree educador. En cuanto a los psicoanalistas, gracias a Dios, prosperan, como los magos y los curanderos. Proponer a la gente ayudarla significa un éxito asegurado, y la clientela se atropella a sus puertas. El psicoanálisis es otra cosa.-
EG: ¿Exactamente qué?
JL: Lo defino como un síntoma, revelador de la enfermedad de la civilización en la que vivimos. Ciertamente, no es una filosofía. Aborrezco la filosofía, hace ya mucho tiempo que no dice nada interesante. El psicoanálisis tampoco es una fe y no me gusta llamarlo ciencia. Digamos que es una práctica y que se ocupa de lo que no anda bien. Terriblemente difícil porque pretende introducir en la vida cotidiana lo imposible, lo imaginario. Ha obtenido algunos resultados hasta el presente pero aún no tiene reglas y se presta a todo tipo de equívocos. No hay que olvidar que se trata de algo totalmente nuevo, bien sea con respecto a la medicina, o la sicología y a sus anexos. Además es muy joven. Freud murió hace apenas 35 años. Su primer libro, La Interpretación de los Sueños, fue publicado en 1900, con muy poco éxito. Se vendieron, eso creo, 300 ejemplares en varios años. Tuvo pocos pupilos, a quienes se les tomaba por locos, y que ni siquiera estaban de acuerdo en la manera de poner en práctica y de interpretar lo que habían aprendido.-
EG: ¿Qué es lo que no anda bien en el hombre de hoy?–
JL: Es ese gran hastío, la vida como consecuencia del curso del progreso. A través del psicoanálisis, las personas esperan aventurarse hasta donde puedan ir arrastrando ese hastío.-
EG: ¿Qué impulsa a la gente a hacerse psicoanalizar?–
JL: El miedo. Cuando le ocurren cosas, incluso cosas que desea, cosas que no comprende, el hombre siente miedo. Sufre por no entender y poco a poco cae en un estado de pánico. Es la neurosis. En la neurosis histérica, el cuerpo enferma de miedo de estar enfermo, sin estarlo en realidad. En la neurosis obsesiva, el miedo mete cosas raras en la mente, pensamientos que no podemos controlar, fobias en las cuales las formas y objetos adquieren significaciones diversas que suscitan miedo.-
EG: ¿Por ejemplo?–
JL: El neurótico se siente obligado por una necesidad tremenda de ir docenas de veces a verificar si un grifo está realmente cerrado. O si una cosa está en su lugar, sabiendo sin embargo con certeza que el grifo está como debe estar y que la cosa está en el lugar donde debe estar. No hay píldoras que curen esto. Hay que descubrir por qué esto nos pasa y saber qué significa.-
EG: ¿Y la cura?–
JL: El neurótico es un enfermo que se cura con la palabra, y sobre todo con su propia palabra. Debe hablar, contar, explicarse a sí mismo. Freud definía el psicoanálisis como la asunción por parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro. El psicoanálisis es el reino de la palabra, no hay otro remedio. Freud explicaba que el inconsciente no es tan profundo como inaccesible a un examen profundo de lo consciente. Y decía que en ese inconsciente, el que habla es un sujeto dentro del sujeto, trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis.-
EG: ¿La palabra de quién, del enfermo o del psicoanalista?–
JL: En el psicoanálisis los términos “enfermo”, “medicina”, “remedio” no son más precisos que las fórmulas pasivas que adoptamos comúnmente. Cuando hablamos de “hacerse psicoanalizar” cometemos un error. Quien hace el verdadero trabajo en el análisis es quien habla, el sujeto analizado. Aunque lo haga de la manera sugerida por el analista quien le indica cómo proceder, y lo ayuda mediante sus intervenciones. Él también proporciona una interpretación. A simple vista, ella parece dar un sentido a lo que dice el analizado. En realidad, la interpretación es más sutil, tendiendo a borrar el sentido de las cosas por las que sufre el individuo. El objetivo es mostrarle a través de su propio relato que el síntoma, digamos la enfermedad, no tiene relación alguna con nada, que está privada de cualquier sentido posible. Aunque en apariencia es real, no existe.Las vías por las que procede este acto de la palabra exigen mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la medición son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber medir la ayuda que se le da al individuo analizado. En consecuencia, el psicoanálisis es difícil.–
EG: Cuando se habla de Jacques Lacan se asocia inevitablemente este nombre con una fórmula, el “regreso” a Freud ¿Qué significa esto?–
JL: Exactamente lo que se dice. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que regresar a Freud, a sus términos y definiciones, leídos e interpretados en sentido literal. Yo fundé en París una escuela freudiana precisamente con este objetivo. Hace más de 20 años que expongo mi punto de vista: regresar a Freud significa simplemente despejar el terreno de desviaciones y equívocos de la fenomenología existencial por ejemplo, como del formalismo institucional de las sociedades psicoanalíticas, retomando la lectura de la enseñanza de Freud según los principios definidos y enumerados a partir de su trabajo. Releer a Freud quiere decir sencillamente releer a Freud. Quien no lo hace en el psicoanálisis, utiliza una fórmula abusiva.–
EG: Pero Freud es difícil. Y se dice que Lacan lo vuelve francamente incomprensible. A Lacan se le reprocha hablar y sobre todo escribir de una maneta tal que sólo unos pocos adeptos pueden esperar comprender.–
JL: Lo sé, se me tiene por un oscuro que esconde su pensamiento tras una cortina de humo. Me pregunto por qué. A propósito del análisis, repito con Freud que es “el juego intersubjetivo a través del cual la verdad entra en lo real” ¿Acaso no está claro? Pero el psicoanálisis no es cosa de niños. Mis libros son definidos como incomprensibles ¿Pero por qué? No los escribí para todo el mundo, para que fueran comprendidos por todos. Al contrario, nunca me ocupé en lo más mínimo de complacer a ningún tipo de lector, quien quiera que sea. Tenía cosas que decir y las dije. Me basta con tener un público que lee. Si no comprenden, paciencia. En cuanto al número de lectores, he tenido más suerte que Freud. Mis libros son incluso más leídos, eso me sorprende. También estoy convencido de que en diez años máximo, el que me lea hallará todo transparente, como una buena jarra de cerveza. Quizá entonces dirán: ‘Este Lacan, que banalidad’”.–
EG: ¿Cuáles son las características del lacanismo?
JL: Aún es muy pronto para decirlo, ya que el lacanismo todavía no existe. Apenas se siente su aroma, como un presentimiento. En todo caso, Lacan es un señor que práctica el psicoanálisis desde al menos 40 años y que durante todos esos años lo ha estudiado. Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje. Escribí en mi libro que “a lo que nos lleva el descubrimiento de Freud es a la enormidad del orden en el que hemos entrado, en el que nacimos por segunda vez, si se quiere expresar así, saliendo del estado llamado muy acertadamente infans, sin palabra”. El orden simbólico sobre el cual Freud basó su descubrimiento está constituido por el lenguaje como momento del discurso universal concreto. Es el mundo de la palabra el que crea el mundo de las cosas, inicialmente confusas en todo lo que está por suceder. Sólo las palabras pueden dar un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras, nada existiría ¿Qué sería el placer sin el intermediario de la palabra? Mi idea es que Freud, enunciando en sus primeras obras – La interpretación de los sueños, Más allá del principio del placer, Tótem y tabú- las leyes del inconsciente, fue el precursor de la postulación de las teorías con las cuales unos años después Ferdinand de Saussure abriría la vía a la lingüística moderna. Esta está sometida, como todo el resto, a las leyes del lenguaje. Sólo las palabras pueden engendrarla y darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no avanzaría ni un paso en las investigaciones sobre el pensamiento. Este es el caso del psicoanálisis. Cualquiera que sea la función que se le atribuya, agente de sanación, de formación o de sondeo, sólo hay un medio del cual nos servimos: la palabra del paciente. Y toda palabra amerita una respuesta.–
EG: Luego, es análisis en tanto que diálogo. Hay personas que lo interpretan más bien como un sucedáneo de la confesión.-
JL: ¿Pero qué confesión? No le confesamos nada al psicoanalista. Uno se deja llevar a decirle cosas, simplemente, todo lo que nos pasa por la cabeza. Palabras, precisamente. El descubrimiento del psicoanálisis es el hombre como animal hablante. Le corresponde al analista ordenar las palabras que escucha y darles un sentido, una significación. Para hacer un buen análisis, hace falta un acuerdo, la alianza entre el analizado y el analista. A través del discurso de uno, el otro intenta de hacerse una idea de lo que se trata y descubrir más allá del síntoma aparente el nudo difícil de la verdad. La otra función del analista es explicar el sentido de las palabras para hacer entender al paciente lo que puede esperarse del análisis.–
EG: Es una relación de extrema confianza.–
JL: Más bien un intercambio donde lo importante es que uno habla y el otro escucha. También el silencio. El analista no plantea preguntas y no tiene ideas. Sólo da las respuestas que quiere darle a las cuestiones que suscitan su deseo. Pero al final del final, el analizado siempre va a donde lo lleva el analista.–
EG: Acaba de hablar de la cura ¿Hay posibilidad de curar? ¿Superar la neurosis?–
JL: El psicoanálisis triunfa cuando limpia el terreno, sale del síntoma, sale de lo real. Es decir, cuando llega a la verdad.-
EG: ¿Podría enunciar el mismo concepto de una manera menos lacaniana?–
JL: Llamo síntoma a todo lo que viene de lo real. Y real a todo aquello que anda mal, que no funciona, que se opone a la vida del hombre y al enfrentamiento de su personalidad. Lo real siempre regresa al mismo lugar. Siempre lo encontramos allí, con los mismos rostros. Los científicos tienen razón al decir que nada es imposible en lo real. Hace falta un tupé sagrado para afirmar cosas de este tipo, o bien, como lo supongo, la total ignorancia de lo que se hace y se dice. Lo real y lo imposible son antitéticos, no pueden ir juntos. El análisis empuja al individuo hacia lo imposible, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, es decir imaginario, sin significación. Mientras que lo real, como un pájaro voraz, no hace más que nutrirse de cosas con sentido, acciones que tienen un sentido. Escuchamos repetir que hay que darle sentido a esto o aquello, a sus propios pensamientos, a sus propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero no sabemos nada de nada sobre la vida. Los sabios se afanan en explicárnoslo. Mi temor es que por su fracaso, lo real, esa cosa monstruosa que no existe, termine por tomarlo, por arrastrarlo. La ciencia sustituye a la religión y además es más despótica, obtusa y oscurantista. Hay un dios-átomo, un dios-espacio, etc. Si la ciencia gana o la religión, el psicoanálisis está acabado.–
EG: ¿En nuestros días, que relación existe entre la ciencia y el psicoanálisis?–
JL: Para mí, la única ciencia verdadera, seria, a seguir, es la ciencia-ficción. La otra, la oficial, la que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas, sin equilibrio. E incluso, comienza a tener miedo de su propia sombra. Parece que a los sabios les está llegando el momento de la angustia. En sus laboratorios asépticos, en sus batas almidonadas, esos viejos chiquillos que juegan con cosas desconocidas, fabricando aparatos cada vez más complicados e inventando fórmulas cada vez más oscuras, comienzan a preguntarse lo que podrá venir mañana, a dónde nos llevarán finalmente sus investigaciones siempre novedosas. En fin, yo me pregunto ¿y si fuera demasiado tarde? Los biólogos se lo preguntan hoy, o los físicos, los químicos. Para mí, están locos. Aunque ya están en el proceso de cambiarle el rostro al universo, sólo ahora, en el presente se les ocurre preguntarse si por casualidad esto no podría ser peligroso ¿Y si todo saltara? ¿Si las bacterias cultivadas tan amorosamente en los blancos laboratorios se transformaran en enemigos mortales? ¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de estas bacterias con toda la mierda que lo habita, comenzando por esos sabios de los laboratorios? A las tres posiciones imposibles de Freud, gobierno, educación, psicoanálisis, yo le agregaría una cuarta, la ciencia. Salvo que los sabios no saben que su posición es insostenible.–
EG: Esa es una visión bastante pesimista de lo que llamamos progreso.–
JL: No, es otra cosa. No soy pesimista. No pasará nada. Por la sencilla razón de que el hombre es un bueno para nada, ni siquiera es capaz de destruirse a sí mismo. Personalmente, me parecería maravillosa una calamidad total producida por el hombre. Esa sería la prueba de que ha llegado a hacer algo con sus manos, su cabeza, sus intervenciones divinas, naturales o de otra especie. Todas esas bellas bacterias sobrealimentadas por diversión, diseminadas en el mundo como las langostas de la Biblia, significarían el triunfo del hombre. Pero eso no sucederá. La ciencia atraviesa, afortunadamente, por una crisis de responsabilidad, todo entrará en el orden de las cosas, como se dice. Yo lo anuncié: lo real tomará la delantera, como siempre. Y nosotros seremos como siempre dichosos.–
EG: Otra paradoja de Jacques Lacan. Se le reprocha, además de la dificultad del lenguaje y oscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, las bromas del lenguaje, los retruécanos a la francesa, y precisamente, las paradojas. Quien lo escucha o quien lo lee tiene el derecho a sentirse desorientado.–
JL: De hecho, ya no bromeo, digo cosas muy serias. Me sirvo solamente de la palabra como los sabios de los que he hablado se sirven de sus alambiques y de sus instalaciones electrónicas. Siempre busco referirme a la experiencia del psicoanálisis.–
EG:Usted dice: lo real no existe. Pero el hombre promedio sabe que lo real es el mundo, todo lo que lo rodea, lo que ve con sus ojos, lo que toca.–
JL: Deslastrémonos también de este hombre promedio que, en principio no existe. Existen individuos, eso es todo. Cuando escucho hablar del hombre común, de fenómenos de masa y de cosas de ese tipo, pienso en todos los pacientes que he visto pasar por el diván en cuarenta años de escucha. Ninguno, en medida alguna, se parece al otro, ninguno tiene las mismas fobias, las mismas angustias, la misma manera de relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre promedio ¿quién es ese? ¿Yo, usted, mi conserje, el presidente de la república?–
EG: Hablábamos de lo real, del mundo que vemos todos.-
JL: Exactamente. La diferencia entre lo real, es decir lo que está mal, y lo simbólico, lo imaginario es decir la verdad, es que lo real es el mundo. Para constatar que el mundo no existe, que no hay mundo, basta con pensar en todas las banalidades que una infinidad de imbéciles creen que es el mundo. Y yo invito a mis amigos de Panorama, antes de acusarme de paradójico, a reflexionar sobre lo que apenas han leído.–
EG: Se diría que usted es siempre pesimista.–
JL: Eso no es cierto. No me clasifico ni entre los alarmistas ni entre los angustiados. Será muy infeliz el psicoanalista que no haya superado el estadio de la angustia. Es cierto, a nuestro alrededor hay cosas horripilantes y devoradoras, como la televisión por medio de la cual una gran parte de nosotros es fagocitada. Pero esto sólo ocurre porque hay personas que se dejan fagocitar, que hasta se inventan un interés por lo que ven. Luego, hay otros ardides monstruosos igualmente devoradores: los cohetes que van a la luna, las investigaciones en el fondo de los océanos, etc. Todas cosas que devoran. Pero no hay motivo para dramatizar. Estoy seguro de que cuando nos hartemos de los cohetes, de la televisión y de todas las malditas investigaciones al vacío, encontraremos otra cosa de qué ocuparnos. Es una reviviscencia de la religión ¿verdad? ¿Y qué mejor monstruo devorador que la religión? Es una fiesta continua para divertirse durante siglos como ya ha quedado demostrado. Mi respuesta a todo eso, es que el hombre siempre ha sabido adaptarse al mal. Lo único real que podemos concebir, a lo que tenemos acceso es justamente eso: habrá que buscarle una razón, darle sentido a las cosas, como decimos. De otro modo, el hombre no tendría angustia, Freud no se habría hecho célebre, y yo sería profesor de liceo.–
EG: ¿Las angustias siempre son de esta naturaleza o existen angustias ligadas a ciertas condiciones sociales, a determinadas épocas históricas, a algunas latitudes?–
JL: La angustia del sabio que tiene miedo de sus descubrimientos puede parecer reciente. ¿Pero qué sabemos de lo que ocurrió en otros tiempos? ¿De los dramas de otros investigadores? La angustia del obrero esclavo en la cadena de producción como en la rama de una galera, es la angustia de hoy. O, más sencillamente, está vinculada con las otras definiciones y palabras de hoy.-
EG: ¿Pero qué es la angustia para el psicoanálisis?–
JL: Algo que se sitúa más allá de nuestro cuerpo, un miedo, pero de nada, que el cuerpo, incluido el espíritu, puede motivar. El miedo del miedo, en resumen. Muchos de esos miedos, muchas de esas angustias, al nivel que las percibimos tienen que ver con el sexo. Freud decía que la sexualidad, para el animal hablante que se llama hombre, no tiene ni remedio ni esperanza. Una de las tareas del analista es encontrar en la palabra del paciente la relación entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido.–
EG: Hoy en día, cuando el sexo se distribuye por todas partes, sexo en el cine, sexo en el teatro, sexo en la televisión, sexo en los periódicos, en las canciones, en las playas, se dice que las personas siente menos angustia por los problemas ligados a la esfera sexual. Los tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo.–
JL: La sexomanía invasora no es más que un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa sería que tiene que ver, lo repito, con una relación estrictamente personal entre dos individuos: el sujeto y el analista. No existe el psicoanálisis colectivo, así como no hay angustias o neurosis de masas. Que el sexo sea puesto al orden del día en cada esquina, tratado como un detergente cualquiera en los carruseles televisados, no implica ninguna promesa de beneficio alguno. No digo que eso sea malo. No basta ciertamente con tratar las angustias y los problemas particulares. Hay que partir de la moda, de esa fingida liberalización que se nos da, como un bien otorgado desde arriba, por la supuesta sociedad permisiva. Pero no sirve a nivel del psicoanálisis.
[Este texto fue recuperado por la revista francesa Magazine Litteraire 428, en febrero de 2004]
Publicado por Claudio Barbará |
lunes, 1 de octubre de 2012
Psicoanálisis: Entrevista a Jacques Lacan
jueves, 27 de septiembre de 2012
Filosofía: El Banquete; Platón
Para aquellos analistas interesados en el Seminario 8 de Lacan, encontré esta versión de "El Banquete ".
El banquete es el dialogo que Platón dedica al amor, es decir al dios Eros y a la importancia que este ejerce sobre los humanos. Este diálogo no tiene la estructura socrática de preguntas y respuestas sino que cada personaje interviene para exponer sus ideas sobre Eros.
RESUMEN
Apolodoro se encuentra con un amigo, que al igual que otras gentes le preguntan insistentemente sobre la reunión que mantuvieron en la casa de Agatón, Sócrates, Alcibíades y otros más, además de cuales fueron sus discursos sobre Eros. Así pues todos pensaban que Apolodoro estuvo en esa reunión, cosa incierta, le explica, ya que esa reunión tuvo lugar para celebrar el triunfo de Agatón en las Panateneas, cosa que había ocurrido hace algunos años, además del tiempo que había pasado desde que Agatón abandonara la ciudad. Así la referencia que Apolodoro tenía era de Aristodemo de Cidateneon que al parecer asistió a la reunión, y es quien le habla sobre las intervenciones.
De esta manera comienza Apolodoro la narración de lo que ocurrió en aquel tiempo.
El propio Aristodemo vio a Sócrates vestido de una manera elegante, y tras preguntarle que adonde iba, este le explico que se dirigía a casa de Agatón a la celebración privada de su victoria, y así Aristodemo decidió unirse al banquete, diciendo haber sido invitado por Sócrates para no pecar de insolente. Tras esta conversación con Sócrates, Aristodemo entra solitario en casa de Agatón y explica que Sócrates se había quedado atrás mientras reflexionaba, y se encontraba en pie en el portal como según Aristodemo, es su costumbre. Sócrates entro cuando la cena ya había comenzado. Tras haber comido y realizado el pean (cantos en honor a los dioses) se dedicaron a la bebida, y tras preguntar Pausanias, que cual era la mejor forma de beber, Erixímaco como médico les habló y les dijo que la medicina le había hecho ver que la bebida era perjudicial para el hombre, y de esta manera todos decidieron que esa reunión no tendría por objeto la embriaguez, pero solo beberían por placer. Seguidamente Erixímaco interviene y explica con palabras de Fedro que ningún poeta ha dedicado jamas sus elogios a Eros y que sería que ellos dedicarán esta reunión a este dios. Todos estuvieron de acuerdo en aceptar este tema.
Discurso de Fedro: Según Fedro Eros es el dios más antiguo de cuantos existen, ya que ningún prosista ni ningún poeta han hablado de sus padres. Aunque Hesiodo afirma que primero se engendro al Caos y tras él Gea y Eros, narración que coincide con la de Acusilao, pero no con Parménides que también acepta a Eros como el primer dios, por lo tanto se puede afirmar que Eros es uno de los dioses más antiguos. Así pues, Fedro piensa que es de las cosas más bellas ya que no hay nada mejor para el joven que un amante y viceversa, y que el amado es la persona ante la que no se siente vergüenza al ser visto realizando un acto vergonzoso. Explica entonces Fedro que un ejercito compuesto por amantes y amados sería el más fuerte, ya que Eros penetra en los cuerpos otorgando valor y arrojo. Fedro expone a continuación tres ejemplos sobre la valentía que Eros produce. En primer lugar narra el ejemplo de Alcestis, que tras el valor demostrado por pretender morir por su marido, fue recompensada por los dioses y devuelta del Hades a la vida. En cambio Orfeo, pretendió entrar en el Hades en vida para recuperar a su esposa, lo que provocó que no la pudiera recuperar sino que fue castigado a morir a morir a manos de mujeres. Cuenta ahora Fedro el tercer ejemplo, el de Aquiles. Tras haber matado Héctor a su amante, es avisado por su madre de que si mataba Héctor moriría él también y si no lo hacía regresaría a su ciudad y moriría de viejo, aún sabiendo esto mato a Héctor para vengar a su amado y la recompensa de los dioses fue mayor que la de Alcestis, ya que fue enviado a las islas de los Bienaventurados, donde los elegidos vivían felices. Así Fedro afirma: “Eros es el más antiguo, el más digno de honra y el más poderoso de los dioses para conseguir a los hombres la virtud y la felicidad, tanto vivos como muertos”.
Discurso de Pausanias: Al parecer antes de Pausanias intervinieron otros personajes que Aristodemo no recuerda. Pausanias comienza su discurso corrigiendo a Fedro, ya que según el no existe un solo Eros sino y por tanto no podemos distinguir a cual de ellos se está alabando. La explicación que Pausanias da es la siguiente: No puede existir Afrodita sin Eros, por lo que si hay dos Afroditas, necesariamente han de haber dos Eros. Existe una Afrodita (la más antigua) hija sin madre de Urano, a la que se le llama Urania, y otra más joven hija de Zeus y Dione, a la que llamamos Pandemos. Así pues distinguimos entre el Eros Pandemos y Eros Uranio. El primero es vulgar y es propio de los hombres que se enamoran de las mujeres antes que de los muchachos, ya que prefieren sus cuerpos a sus almas, y buscan la satisfacción antes que la belleza. El de Urania sin embargo, es el que hace que los hombres sientan amor por lo masculino, es decir por la naturaleza más fuerte y con más inteligencia. Los que poseen este Eros no se enamoran de los jóvenes sino cuando tienen entendimiento y no cuando son niños, ya que esto, según Pausanias, debería estar penado por alguna ley, aunque los hombres de bien aplican espontáneamente esta ley. Pero en los lugares donde se está sometido a los bárbaros complacer al amante se considera vergonzoso, al igual que la filosofía o la gimnasia (todas estas doctrinas atenienses), estas normas pues han sido establecidas por la maldad. Pero aquel que esta dispuesto a realizar actos vergonzosos por su amante no ha de sentirse avergonzado, ya que realiza actos bellos. Pero si son vergonzosos los reproches a los jóvenes por hablar con sus amantes. Para Pausanias la conclusión de su discurso es: “Este es el Eros de la diosa Urania, uranio (celeste) él también y de gran valor, tanto para la ciudad como para los ciudadanos particulares, pues obliga al amante y al amado a tener un gran cuidado, cada uno de si mismo, en orden a la virtud. Todos los demás son de la otra, la Pandemos (Vulgar). Esta es, Fedro, mi contribución en lo que he podido improvisar a tu propuesta sobre Eros”.
Discurso de Erixímaco: Continua la narración de los discursos por parte de Aristodemo, cuenta ahora que el turno pertenecía a Aristófanes, pero le fue imposible a causa de su hipo. Entonces Erixímaco, médico, le explica que para parar este hipo debe contener la respiración, si no funcionara haciendo gárgaras con agua, y si tampoco funcionara debería hurgarse la nariz hasta estornudar, así cesaría el hipo. Erixímaco comienza ahora su discurso sobre Eros. Acepta la distinción entre los dos Eros que ha realizado Pausanias, pero no cree que se encuentre únicamente en las almas de los hombres para con los jóvenes bellos sino en todos los seres. Según Erixímaco la salud y la enfermedad son desiguales, y aquello que es desigual, ama las cosas desiguales, por lo que Eros está presente, tanto en aquello enfermo como en lo sano. Así como decía Pausanias, hay que complacer al buen amante pero no al desenfrenado, al igual que se debe complacer a lo sano y nunca a lo enfermo, ya que esto es vergonzoso, y la medicina consiste en llevar al cuerpo al amor por lo sano. Al igual Eros también se ocupa de reconciliar aquello que esta opuesto como lo frío y lo caliente, lo amargo y lo dulce, etc. Aunque también afecta a otras disciplinas, como por ejemplo en la música, porque según dice Erixímaco esta nace por la intervención de Eros para que lo grave y lo agudo armonicen, al igual que lo rápido y lo lento. Pero también es necesario que aquel que vaya a componer sea un hombre mesurado y que posea eros, tanto uno como otro pues los dos se encuentran en ellas. También habla de las estaciones del año, que cuando están equilibrados el calor y el frío, lo seco y lo húmedo, hay un buen año y buena salud para hombres y animales, pero cuando el Eros vulgar se hace más fuerte, entonces causa grandes daños. Como también ha de estar presente en la mántica (comunicación entre dioses y hombres) para que haya piedad y justicia en ella. La conclusión que Erixímaco extrae de su exposición es esta: “Así, es múltiple y grande o, mejor dicho, total el poder que, en general, tiene Eros total. Pero el que se realiza en el bien junto con la prudencia y la justicia, tanto en nosotros como en los dioses, ése es el que tiene mayor poder y nos proporciona toda la felicidad y nos hace capaces de relacionarnos unos con otros y de ser amigos incluso de los dioses más poderosos que nosotros. Quizás también yo me deje muchas cosas al hacer la alabanza a Eros, pero, desde luego, sin querer”. Tras esta conclusión Erixímaco cede el turno a Aristófanes una vez que le ha cesado el hipo y los dos bromean sobre este.
Discurso de Aristófanes: Comienza este discurso que al principio de los tiempos eran tres los géneros, hombre, mujer y andrógino, que eran seres que poseían características de los dos anteriores, además tenía cuatro manos, cuatro pies y dos rostros opuesto sobre una misma cabeza y los dos sexos; su forma era circular y era muy poderoso, tanto que llego a pelear contra los dioses. Contra estos ataques, Zeus decidió dividir a estos seres en dos partes para que su poder fuera menor. Así al quedar divididos añoraban su otra mitad y buscaban siempre unirse a otra tanto si era de su sexo como si era distinto y así morían. Zeus decidió entonces poner “sus vergüenzas” (termino empleado por Platón en lugar de sexos, tá aidoiai) delante de su cuerpo para que engendraran en su interior y no en la tierra, y así hacer que pudieran reproducirse el macho en la hembra, y permitir la relación entre macho y macho. De esta forma Eros es que une la naturaleza humana y el que hace que una parte desee a la otra. Así si un hombre resulta de la unión de los dos sexos, son aficionados a las mujeres y son considerados adúlteros al igual que si se trata de mujeres. Todas las mujeres que son corte de mujer, tienden hacia la mujer. Al igual que todos los hombres que nacen de un corte masculino tienden hacia el macho, y aman a los hombres, siendo esto signo de hombría y virilidad, y son aquellos que han de dedicarse a la política, ya que cuando se convierten en hombres, olvidan su matrimonio y desean estar siempre con su amado ya que descubren y quedan sorprendidos de la auténtica amistad. Esto es así ya que en la antigua naturaleza se encontraban unidos y ahora lo desean. Con lo que Aristófanes concluye: “Por ello, es preciso que todo hombre recomiende ser piadoso en todo para con los dioses para que esquivemos lo uno y alcancemos lo otro, teniendo a Eros como nuestro guía y general. Nadie actúe en su contra; y actúa en su contra cualquiera que se enemista con los dioses. Pues si reconciliamos y nos hacemos amigos del dios, encontraremos y hallaremos a nuestros respectivos amados, cosa que pocos de los de ahora logran”. Antes de intervenir Agatón, Erixímaco dice que únicamente quedan el y Sócrates y que sus discursos han de ser muy buenos ya que el nivel está muy elevado, pero esta tranquilo ya que sabe que tanto Agatón como Sócrates son expertos en Eros. Finalmente interviene Sócrates estableciendo un diálogo con Agatón, en el que le explica que no ha de avergonzarse de hablar ante ellos, Fedro interrumpe y bromea sobre Sócrates, y su afición al diálogo.
Discurso de Agatón: Agatón dice que se ha de hablar primero sobre el propio dios y de su belleza. Primero dirá que acepta muchas cosas del diálogo de Fedro, pero no que sea Eros el más antiguo de los dioses, ya que siempre es joven y la vejez nunca le afecta. Habita Eros en las almas de los dioses y de los hombres, pero no en todas las almas, si encuentra alguna de carácter duro se marcha, si es tierna habita en ella, es joven y delicado. Su cuerpo es simétrico y proporcionado y busca lugares floridos y perfumados. Habla ahora Agatón sobre su virtud. Es justo con todos los dioses y hombres por lo que tampoco recibe injusticia alguna ni tampoco violencia. También goza de la prudencia, por lo que sabe controlar los placeres, y en cuanto a su valor, supera incluso a Ares que es dominado por Eros. Explicadas todas sus virtudes pasa ahora Agatón a hablar sobre la sabiduría del dios, de la que dice que es un dios poeta lo bastante sabio como para crear otro, o acaso ¿no son todos los seres humanos frutos de este dios?, así Apolo inventó el arte de manejar el arco, la medicina y la mántica, llevado por el deseo, por lo que Apolo es discípulo de Eros, como Musas respecto a sus artes; por lo que al nacer Eros se acabaron los problemas entre los dioses, y se originaron bienes para hombres y dioses. Concluye Agatón de esta manera: “Él nos vacía de hostilidad, nos llena de familiaridad haciendo que tengamos encuentros mutuos como éste, convirtiéndose en nuestro guía en fiestas, danzas y sacrificios y Dprocurándonos mansedumbre y despojándonos de crueldad...”. Discurso de Sócrates: Tras el discurso de Agatón todos los presentes allí rompieron en aplausos por su gran intervención que incluso llevo al propio Sócrates a felicitarle. En la felicitación Sócrates afirma tener miedo por no poder superar el elevado nivel al que Agatón ha llegado y dice que temía que arrojara frente a él la cabeza de Gorgias y que al mirarle le convirtiera en piedra. Al decir en esta ocasión Gorgias Platón hace equivocar a Sócrates que debía haber dicho Gorgonas que estos si son espantosos animales que convertían en piedra a quien miraban, mientras que Gorgias es el sofista fundador de la retórica. Tras esto Sócrates habla sobre su conocimiento sobre todo lo erótico y afirma que fue un error admitir pertenecer a este dialogo ya que él no se cree capaz de elogiar al dios Eros de la manera que ellos lo han hecho y por ello en un principio decide abandonar la reunión para no ser objeto de las risas de todos los presentes, aunque inmediatamente Fedro le invita a hablar de la manera que él creyera más oportuna sobre el tema. Comienza ahora un diálogo entre Sócrates y Agatón. Sócrates le dice a Agatón que le ha parecido fenomenal como ha comenzado Agatón su discurso planteando primero como es Eros en si mismo y después en sus obras. Tras esta felicitación le plantea la primera pregunta de su diálogo socrático con Agatón: “¿Es Eros de tal manera que sea eros de algo, o bien no lo es de nada?”, con esta pregunta lo que pretende decir Sócrates no es si Eros viene de un padre o de una madre, sino donde está presente Eros, donde encontramos a Eros. Utiliza ahora el ejemplo del hombre que es rico, si un hombre es rico ¿desea ser rico?, no ya que si ya lo es no puede desearlo, solo lo podría desear en el futuro porque en este momento quiera o no es rico. Esto es aplicable a Eros, es en tanto que carece, es decir, si carece de algo de algo tiene el deseo de ese algo y ahí encontramos su ser que es el propio deseo. Por tanto es en primer lugar de algo y después de algo que carece. Así hace llegar a Agatón a esta conclusión. Ahora Sócrates le hace recordar como empezó su discurso, diciendo que gracias a Eros los problemas entre los dioses se solucionaron, ya que este es bello. Pero Eros es aquello de lo que carece, y por tanto carece de belleza, ¿cómo puede ser bello entonces?, y al igual dice que es bueno por lo que carece de bondad, ante lo cual Agatón no sabe responder. Ahora para explicar esto Sócrates contará el discurso de Diotima, una mujer sabia que le habló sobre Eros. Según ella por ejemplo la recta opinión sería algo intermedio entre la sabiduría y la ignorancia, al igual que Eros que no es bueno ni bello (por lo que anteriormente explico Sócrates) pero tampoco es feo ni malo, sino aquello intermedio entre las dos cosas. Tras aceptar esto Sócrates, surge otra pregunta ¿puede este ser un dios si no es completamente bello o feliz?, la respuesta es no ya que Eros no es un dios sino un demon, es decir algo intermedio entre dios y mortal. Su poder no es otro que el de permitir la “comunicación” entre dioses y hombres, es decir tanto en ayudar a los hombres con sus sacrificios a los dioses, en la mántica y en la magia. Así como ayuda a los dioses para que tengan que mezclarse con los hombres. Pasan ahora a explicar el mito del nacimiento de Eros, según el cual Eros nació de la relación entre Penía (pobreza) y Poros (Recurso), la primera hizo un hijo con este aprovechando que estaba embriagado por el néctar de una fiesta que se celebraba por el nacimiento de Afrodita. Así Eros es acompañante de Afrodita porque nació en la celebración de su fiesta y es amante de lo bello y lo bueno porque Afrodita lo es. Al nacer de Penía es pobre y dista de ser delicado y bello, camina descalzo y no tiene hogar, pero como su padre es valeroso, audaz impetuoso, un gran cazador a la vez que un gran sofista. No es tampoco mortal ni inmortal sino que algunos días vive y a veces muere para volver a revivir. Es pues Eros la unión de todo aquello que es equilibrado, y el mismo es equilibrio. Para Diotima pues la función de Eros no es otra que la de ser feliz, ya que quien busca el amor y lo encuentra alcanza la felicidad. Ahora Diotima utiliza el ejemplo de la póiesis para hacer una generalización de Eros en cuanto a los campos que abarca. La póeisis es entendida como aquella de lo que resulta un producto o una creación. Así no todos aquellos que crean algo se llaman poetas, sin embargo han pasado de lo que no es a algo que es, igual ocurre con Eros, que es en toda apetencia de las cosas buenas y se utiliza en muchas disciplinas como el negocio, la gimnasia o la filosofía, pero de ninguno se dice que ame o que sea amante, así pues el objeto de Eros es poseer siempre lo bueno aunque no se reconozca. Existe además un Eros productivo que se encarga de todo lo bello y lo bueno que existe en la procreación, que a través de ella el mortal busca ser inmortal. Aunque según le explica continuadamente Diotima a Sócrates la verdadera inmortalidad no se consigue engendrando sino se consigue a través del alma y del recuerdo, como aquellos que mueren por sus hijos o amigos. Por lo tanto para iniciarse en la sabiduría del eros, es necesario que desde jóvenes los hombres aprecien y engendren en aquello que es bello y descubran la belleza del alma, y que el cuerpo posee muy poco valor. Así pues los que han sido educados en la ciencia del eros verán la belleza no como una ciencia, ni como ningún ser que exista en la tierra sino como una cosa única, y de la que las demás cosas bellas participan, y así no verá imágenes de virtud sino virtudes mismas y verdaderas y le será así posible llegar a ser amigo de los dioses y ser inmortal. Termina ahora el discurso que Diotima explico a Sócrates y este quedo totalmente convencido. Entró en el Banquete Alcibíades, con la pretensión de coronar a Agatón por su victoria y a participar del discurso si se lo permitían los que allí se encontraban. Comenzó a insultar a Sócrates, pues era conocido su amor por este y los celos que sentía constantemente. Tras servirle a este una copa de más de ocho cótylas (algo más de dos litros), este comenzó a alabar a Sócrates para risas de sus amigos, tras lo que comenzó su discurso en el que pretende una alabanza a Sócrates por medio de figuras. La primera comparación la realiza con un sileno, un ser parecido a un sátiro que acompañaban a Dionisios, dios del vino y del delirio místico, y que eran conocidos por su sexualidad; además afirma que se parece al sátiro Marsias, inventor de la flauta, ya que sus melodías, las interprete quien las interprete, son las únicas que nos llenan, al igual que ocurre con las palabras de Sócrates, ya que según Alcibíades experimenta grandes sensaciones cuando escucha a Sócrates más incluso que cuando escucha grandes oradores como Pericles, y que es ante él ante el único que siente vergüenza. La comparación del sileno es debida a que según Alcibíades, Sócrates siempre está rodeado de jóvenes bellos y además lo ignora todo y no sabe nada, características de los silenos. Además opina que Sócrates desprecia a los hombres incluso cuando son bellos. Alcibíades cuenta seguidamente todos sus intentos de seducción a Sócrates, y todos ellos han resultado nulos, como hacer ejercicios y luchas con él, pero incluso cuando están a solas este espera que Sócrates le hable como un amante pero no responde así. De esta manera compara este dolor con la picadura de una víbora ya que los que la han sufrido solo lo quieren comentar con otros que también lo hayan padecido ya que son los únicos que lo pueden entenderme, y es ante ellos ante quien habla, pues cree que ellos lo pueden comprender. Y así cuentas como tras una cena, tan pronto como se apago la luz y los esclavos se marcharon, Alcibíades despertó a Sócrates y le dijo que era el único digno de convertirse en su amante, y ante cualquier necesidad suya o de sus amigos la respuesta por su parte sería inmediata, y durmió abrazado a Sócrates toda la noche y este despreció esto y se río de él. Otras virtudes que encuentra en Sócrates en su equilibrio y control de si mismo, pues es capaz de beber más que nadie pero nadie jamás lo vio borracho, como en invierno mientras otros se cubrían pies y espalda y él caminaba descalzo por el hielo. Otra anécdota es que permaneció de pie meditando durante un día entero, y unos soldados lo vigilaron para averiguar si también lo hacía durante la noche, y permaneció de pie hasta que llego el sol, realizó una plegaria y se marcho. Podrían ser contadas muchas anécdotas -dijo Alcibíades- pero esto no sirve de nada ya que este hombre no se parece a ningún otro y podríamos solo compararlo a Brasidas, Pericles o Néstor, pero ninguno de estos le es próximo. Esto es lo que Alcibíades opina de Sócrates y lo que admira de él, que se comporta como un amado y nunca como un amante. Todos rieron y le advirtieron que estaba sobrio por su franqueza, y además se había echado entre Sócrates y Agatón para separarlos aunque Sócrates, llamo a Agatón para que volviera a su lugar anterior, porque de esta manera se sentará a su derecha y será alabado por este como él ha sido alabado por Alcibíades. Tras esto un grupo de juerguistas entraron por estar las puertas abiertas y todos tuvieron que beber en gran cantidad, tras lo que Aristodemo, no recordaba más. Cuando todos estuvieron dormidos Sócrates se puso en pie y se marchó.
El banquete es el dialogo que Platón dedica al amor, es decir al dios Eros y a la importancia que este ejerce sobre los humanos. Este diálogo no tiene la estructura socrática de preguntas y respuestas sino que cada personaje interviene para exponer sus ideas sobre Eros.
RESUMEN
Apolodoro se encuentra con un amigo, que al igual que otras gentes le preguntan insistentemente sobre la reunión que mantuvieron en la casa de Agatón, Sócrates, Alcibíades y otros más, además de cuales fueron sus discursos sobre Eros. Así pues todos pensaban que Apolodoro estuvo en esa reunión, cosa incierta, le explica, ya que esa reunión tuvo lugar para celebrar el triunfo de Agatón en las Panateneas, cosa que había ocurrido hace algunos años, además del tiempo que había pasado desde que Agatón abandonara la ciudad. Así la referencia que Apolodoro tenía era de Aristodemo de Cidateneon que al parecer asistió a la reunión, y es quien le habla sobre las intervenciones.
De esta manera comienza Apolodoro la narración de lo que ocurrió en aquel tiempo.
El propio Aristodemo vio a Sócrates vestido de una manera elegante, y tras preguntarle que adonde iba, este le explico que se dirigía a casa de Agatón a la celebración privada de su victoria, y así Aristodemo decidió unirse al banquete, diciendo haber sido invitado por Sócrates para no pecar de insolente. Tras esta conversación con Sócrates, Aristodemo entra solitario en casa de Agatón y explica que Sócrates se había quedado atrás mientras reflexionaba, y se encontraba en pie en el portal como según Aristodemo, es su costumbre. Sócrates entro cuando la cena ya había comenzado. Tras haber comido y realizado el pean (cantos en honor a los dioses) se dedicaron a la bebida, y tras preguntar Pausanias, que cual era la mejor forma de beber, Erixímaco como médico les habló y les dijo que la medicina le había hecho ver que la bebida era perjudicial para el hombre, y de esta manera todos decidieron que esa reunión no tendría por objeto la embriaguez, pero solo beberían por placer. Seguidamente Erixímaco interviene y explica con palabras de Fedro que ningún poeta ha dedicado jamas sus elogios a Eros y que sería que ellos dedicarán esta reunión a este dios. Todos estuvieron de acuerdo en aceptar este tema.
Discurso de Fedro: Según Fedro Eros es el dios más antiguo de cuantos existen, ya que ningún prosista ni ningún poeta han hablado de sus padres. Aunque Hesiodo afirma que primero se engendro al Caos y tras él Gea y Eros, narración que coincide con la de Acusilao, pero no con Parménides que también acepta a Eros como el primer dios, por lo tanto se puede afirmar que Eros es uno de los dioses más antiguos. Así pues, Fedro piensa que es de las cosas más bellas ya que no hay nada mejor para el joven que un amante y viceversa, y que el amado es la persona ante la que no se siente vergüenza al ser visto realizando un acto vergonzoso. Explica entonces Fedro que un ejercito compuesto por amantes y amados sería el más fuerte, ya que Eros penetra en los cuerpos otorgando valor y arrojo. Fedro expone a continuación tres ejemplos sobre la valentía que Eros produce. En primer lugar narra el ejemplo de Alcestis, que tras el valor demostrado por pretender morir por su marido, fue recompensada por los dioses y devuelta del Hades a la vida. En cambio Orfeo, pretendió entrar en el Hades en vida para recuperar a su esposa, lo que provocó que no la pudiera recuperar sino que fue castigado a morir a morir a manos de mujeres. Cuenta ahora Fedro el tercer ejemplo, el de Aquiles. Tras haber matado Héctor a su amante, es avisado por su madre de que si mataba Héctor moriría él también y si no lo hacía regresaría a su ciudad y moriría de viejo, aún sabiendo esto mato a Héctor para vengar a su amado y la recompensa de los dioses fue mayor que la de Alcestis, ya que fue enviado a las islas de los Bienaventurados, donde los elegidos vivían felices. Así Fedro afirma: “Eros es el más antiguo, el más digno de honra y el más poderoso de los dioses para conseguir a los hombres la virtud y la felicidad, tanto vivos como muertos”.
Discurso de Pausanias: Al parecer antes de Pausanias intervinieron otros personajes que Aristodemo no recuerda. Pausanias comienza su discurso corrigiendo a Fedro, ya que según el no existe un solo Eros sino y por tanto no podemos distinguir a cual de ellos se está alabando. La explicación que Pausanias da es la siguiente: No puede existir Afrodita sin Eros, por lo que si hay dos Afroditas, necesariamente han de haber dos Eros. Existe una Afrodita (la más antigua) hija sin madre de Urano, a la que se le llama Urania, y otra más joven hija de Zeus y Dione, a la que llamamos Pandemos. Así pues distinguimos entre el Eros Pandemos y Eros Uranio. El primero es vulgar y es propio de los hombres que se enamoran de las mujeres antes que de los muchachos, ya que prefieren sus cuerpos a sus almas, y buscan la satisfacción antes que la belleza. El de Urania sin embargo, es el que hace que los hombres sientan amor por lo masculino, es decir por la naturaleza más fuerte y con más inteligencia. Los que poseen este Eros no se enamoran de los jóvenes sino cuando tienen entendimiento y no cuando son niños, ya que esto, según Pausanias, debería estar penado por alguna ley, aunque los hombres de bien aplican espontáneamente esta ley. Pero en los lugares donde se está sometido a los bárbaros complacer al amante se considera vergonzoso, al igual que la filosofía o la gimnasia (todas estas doctrinas atenienses), estas normas pues han sido establecidas por la maldad. Pero aquel que esta dispuesto a realizar actos vergonzosos por su amante no ha de sentirse avergonzado, ya que realiza actos bellos. Pero si son vergonzosos los reproches a los jóvenes por hablar con sus amantes. Para Pausanias la conclusión de su discurso es: “Este es el Eros de la diosa Urania, uranio (celeste) él también y de gran valor, tanto para la ciudad como para los ciudadanos particulares, pues obliga al amante y al amado a tener un gran cuidado, cada uno de si mismo, en orden a la virtud. Todos los demás son de la otra, la Pandemos (Vulgar). Esta es, Fedro, mi contribución en lo que he podido improvisar a tu propuesta sobre Eros”.
Discurso de Erixímaco: Continua la narración de los discursos por parte de Aristodemo, cuenta ahora que el turno pertenecía a Aristófanes, pero le fue imposible a causa de su hipo. Entonces Erixímaco, médico, le explica que para parar este hipo debe contener la respiración, si no funcionara haciendo gárgaras con agua, y si tampoco funcionara debería hurgarse la nariz hasta estornudar, así cesaría el hipo. Erixímaco comienza ahora su discurso sobre Eros. Acepta la distinción entre los dos Eros que ha realizado Pausanias, pero no cree que se encuentre únicamente en las almas de los hombres para con los jóvenes bellos sino en todos los seres. Según Erixímaco la salud y la enfermedad son desiguales, y aquello que es desigual, ama las cosas desiguales, por lo que Eros está presente, tanto en aquello enfermo como en lo sano. Así como decía Pausanias, hay que complacer al buen amante pero no al desenfrenado, al igual que se debe complacer a lo sano y nunca a lo enfermo, ya que esto es vergonzoso, y la medicina consiste en llevar al cuerpo al amor por lo sano. Al igual Eros también se ocupa de reconciliar aquello que esta opuesto como lo frío y lo caliente, lo amargo y lo dulce, etc. Aunque también afecta a otras disciplinas, como por ejemplo en la música, porque según dice Erixímaco esta nace por la intervención de Eros para que lo grave y lo agudo armonicen, al igual que lo rápido y lo lento. Pero también es necesario que aquel que vaya a componer sea un hombre mesurado y que posea eros, tanto uno como otro pues los dos se encuentran en ellas. También habla de las estaciones del año, que cuando están equilibrados el calor y el frío, lo seco y lo húmedo, hay un buen año y buena salud para hombres y animales, pero cuando el Eros vulgar se hace más fuerte, entonces causa grandes daños. Como también ha de estar presente en la mántica (comunicación entre dioses y hombres) para que haya piedad y justicia en ella. La conclusión que Erixímaco extrae de su exposición es esta: “Así, es múltiple y grande o, mejor dicho, total el poder que, en general, tiene Eros total. Pero el que se realiza en el bien junto con la prudencia y la justicia, tanto en nosotros como en los dioses, ése es el que tiene mayor poder y nos proporciona toda la felicidad y nos hace capaces de relacionarnos unos con otros y de ser amigos incluso de los dioses más poderosos que nosotros. Quizás también yo me deje muchas cosas al hacer la alabanza a Eros, pero, desde luego, sin querer”. Tras esta conclusión Erixímaco cede el turno a Aristófanes una vez que le ha cesado el hipo y los dos bromean sobre este.
Discurso de Aristófanes: Comienza este discurso que al principio de los tiempos eran tres los géneros, hombre, mujer y andrógino, que eran seres que poseían características de los dos anteriores, además tenía cuatro manos, cuatro pies y dos rostros opuesto sobre una misma cabeza y los dos sexos; su forma era circular y era muy poderoso, tanto que llego a pelear contra los dioses. Contra estos ataques, Zeus decidió dividir a estos seres en dos partes para que su poder fuera menor. Así al quedar divididos añoraban su otra mitad y buscaban siempre unirse a otra tanto si era de su sexo como si era distinto y así morían. Zeus decidió entonces poner “sus vergüenzas” (termino empleado por Platón en lugar de sexos, tá aidoiai) delante de su cuerpo para que engendraran en su interior y no en la tierra, y así hacer que pudieran reproducirse el macho en la hembra, y permitir la relación entre macho y macho. De esta forma Eros es que une la naturaleza humana y el que hace que una parte desee a la otra. Así si un hombre resulta de la unión de los dos sexos, son aficionados a las mujeres y son considerados adúlteros al igual que si se trata de mujeres. Todas las mujeres que son corte de mujer, tienden hacia la mujer. Al igual que todos los hombres que nacen de un corte masculino tienden hacia el macho, y aman a los hombres, siendo esto signo de hombría y virilidad, y son aquellos que han de dedicarse a la política, ya que cuando se convierten en hombres, olvidan su matrimonio y desean estar siempre con su amado ya que descubren y quedan sorprendidos de la auténtica amistad. Esto es así ya que en la antigua naturaleza se encontraban unidos y ahora lo desean. Con lo que Aristófanes concluye: “Por ello, es preciso que todo hombre recomiende ser piadoso en todo para con los dioses para que esquivemos lo uno y alcancemos lo otro, teniendo a Eros como nuestro guía y general. Nadie actúe en su contra; y actúa en su contra cualquiera que se enemista con los dioses. Pues si reconciliamos y nos hacemos amigos del dios, encontraremos y hallaremos a nuestros respectivos amados, cosa que pocos de los de ahora logran”. Antes de intervenir Agatón, Erixímaco dice que únicamente quedan el y Sócrates y que sus discursos han de ser muy buenos ya que el nivel está muy elevado, pero esta tranquilo ya que sabe que tanto Agatón como Sócrates son expertos en Eros. Finalmente interviene Sócrates estableciendo un diálogo con Agatón, en el que le explica que no ha de avergonzarse de hablar ante ellos, Fedro interrumpe y bromea sobre Sócrates, y su afición al diálogo.
Discurso de Agatón: Agatón dice que se ha de hablar primero sobre el propio dios y de su belleza. Primero dirá que acepta muchas cosas del diálogo de Fedro, pero no que sea Eros el más antiguo de los dioses, ya que siempre es joven y la vejez nunca le afecta. Habita Eros en las almas de los dioses y de los hombres, pero no en todas las almas, si encuentra alguna de carácter duro se marcha, si es tierna habita en ella, es joven y delicado. Su cuerpo es simétrico y proporcionado y busca lugares floridos y perfumados. Habla ahora Agatón sobre su virtud. Es justo con todos los dioses y hombres por lo que tampoco recibe injusticia alguna ni tampoco violencia. También goza de la prudencia, por lo que sabe controlar los placeres, y en cuanto a su valor, supera incluso a Ares que es dominado por Eros. Explicadas todas sus virtudes pasa ahora Agatón a hablar sobre la sabiduría del dios, de la que dice que es un dios poeta lo bastante sabio como para crear otro, o acaso ¿no son todos los seres humanos frutos de este dios?, así Apolo inventó el arte de manejar el arco, la medicina y la mántica, llevado por el deseo, por lo que Apolo es discípulo de Eros, como Musas respecto a sus artes; por lo que al nacer Eros se acabaron los problemas entre los dioses, y se originaron bienes para hombres y dioses. Concluye Agatón de esta manera: “Él nos vacía de hostilidad, nos llena de familiaridad haciendo que tengamos encuentros mutuos como éste, convirtiéndose en nuestro guía en fiestas, danzas y sacrificios y Dprocurándonos mansedumbre y despojándonos de crueldad...”. Discurso de Sócrates: Tras el discurso de Agatón todos los presentes allí rompieron en aplausos por su gran intervención que incluso llevo al propio Sócrates a felicitarle. En la felicitación Sócrates afirma tener miedo por no poder superar el elevado nivel al que Agatón ha llegado y dice que temía que arrojara frente a él la cabeza de Gorgias y que al mirarle le convirtiera en piedra. Al decir en esta ocasión Gorgias Platón hace equivocar a Sócrates que debía haber dicho Gorgonas que estos si son espantosos animales que convertían en piedra a quien miraban, mientras que Gorgias es el sofista fundador de la retórica. Tras esto Sócrates habla sobre su conocimiento sobre todo lo erótico y afirma que fue un error admitir pertenecer a este dialogo ya que él no se cree capaz de elogiar al dios Eros de la manera que ellos lo han hecho y por ello en un principio decide abandonar la reunión para no ser objeto de las risas de todos los presentes, aunque inmediatamente Fedro le invita a hablar de la manera que él creyera más oportuna sobre el tema. Comienza ahora un diálogo entre Sócrates y Agatón. Sócrates le dice a Agatón que le ha parecido fenomenal como ha comenzado Agatón su discurso planteando primero como es Eros en si mismo y después en sus obras. Tras esta felicitación le plantea la primera pregunta de su diálogo socrático con Agatón: “¿Es Eros de tal manera que sea eros de algo, o bien no lo es de nada?”, con esta pregunta lo que pretende decir Sócrates no es si Eros viene de un padre o de una madre, sino donde está presente Eros, donde encontramos a Eros. Utiliza ahora el ejemplo del hombre que es rico, si un hombre es rico ¿desea ser rico?, no ya que si ya lo es no puede desearlo, solo lo podría desear en el futuro porque en este momento quiera o no es rico. Esto es aplicable a Eros, es en tanto que carece, es decir, si carece de algo de algo tiene el deseo de ese algo y ahí encontramos su ser que es el propio deseo. Por tanto es en primer lugar de algo y después de algo que carece. Así hace llegar a Agatón a esta conclusión. Ahora Sócrates le hace recordar como empezó su discurso, diciendo que gracias a Eros los problemas entre los dioses se solucionaron, ya que este es bello. Pero Eros es aquello de lo que carece, y por tanto carece de belleza, ¿cómo puede ser bello entonces?, y al igual dice que es bueno por lo que carece de bondad, ante lo cual Agatón no sabe responder. Ahora para explicar esto Sócrates contará el discurso de Diotima, una mujer sabia que le habló sobre Eros. Según ella por ejemplo la recta opinión sería algo intermedio entre la sabiduría y la ignorancia, al igual que Eros que no es bueno ni bello (por lo que anteriormente explico Sócrates) pero tampoco es feo ni malo, sino aquello intermedio entre las dos cosas. Tras aceptar esto Sócrates, surge otra pregunta ¿puede este ser un dios si no es completamente bello o feliz?, la respuesta es no ya que Eros no es un dios sino un demon, es decir algo intermedio entre dios y mortal. Su poder no es otro que el de permitir la “comunicación” entre dioses y hombres, es decir tanto en ayudar a los hombres con sus sacrificios a los dioses, en la mántica y en la magia. Así como ayuda a los dioses para que tengan que mezclarse con los hombres. Pasan ahora a explicar el mito del nacimiento de Eros, según el cual Eros nació de la relación entre Penía (pobreza) y Poros (Recurso), la primera hizo un hijo con este aprovechando que estaba embriagado por el néctar de una fiesta que se celebraba por el nacimiento de Afrodita. Así Eros es acompañante de Afrodita porque nació en la celebración de su fiesta y es amante de lo bello y lo bueno porque Afrodita lo es. Al nacer de Penía es pobre y dista de ser delicado y bello, camina descalzo y no tiene hogar, pero como su padre es valeroso, audaz impetuoso, un gran cazador a la vez que un gran sofista. No es tampoco mortal ni inmortal sino que algunos días vive y a veces muere para volver a revivir. Es pues Eros la unión de todo aquello que es equilibrado, y el mismo es equilibrio. Para Diotima pues la función de Eros no es otra que la de ser feliz, ya que quien busca el amor y lo encuentra alcanza la felicidad. Ahora Diotima utiliza el ejemplo de la póiesis para hacer una generalización de Eros en cuanto a los campos que abarca. La póeisis es entendida como aquella de lo que resulta un producto o una creación. Así no todos aquellos que crean algo se llaman poetas, sin embargo han pasado de lo que no es a algo que es, igual ocurre con Eros, que es en toda apetencia de las cosas buenas y se utiliza en muchas disciplinas como el negocio, la gimnasia o la filosofía, pero de ninguno se dice que ame o que sea amante, así pues el objeto de Eros es poseer siempre lo bueno aunque no se reconozca. Existe además un Eros productivo que se encarga de todo lo bello y lo bueno que existe en la procreación, que a través de ella el mortal busca ser inmortal. Aunque según le explica continuadamente Diotima a Sócrates la verdadera inmortalidad no se consigue engendrando sino se consigue a través del alma y del recuerdo, como aquellos que mueren por sus hijos o amigos. Por lo tanto para iniciarse en la sabiduría del eros, es necesario que desde jóvenes los hombres aprecien y engendren en aquello que es bello y descubran la belleza del alma, y que el cuerpo posee muy poco valor. Así pues los que han sido educados en la ciencia del eros verán la belleza no como una ciencia, ni como ningún ser que exista en la tierra sino como una cosa única, y de la que las demás cosas bellas participan, y así no verá imágenes de virtud sino virtudes mismas y verdaderas y le será así posible llegar a ser amigo de los dioses y ser inmortal. Termina ahora el discurso que Diotima explico a Sócrates y este quedo totalmente convencido. Entró en el Banquete Alcibíades, con la pretensión de coronar a Agatón por su victoria y a participar del discurso si se lo permitían los que allí se encontraban. Comenzó a insultar a Sócrates, pues era conocido su amor por este y los celos que sentía constantemente. Tras servirle a este una copa de más de ocho cótylas (algo más de dos litros), este comenzó a alabar a Sócrates para risas de sus amigos, tras lo que comenzó su discurso en el que pretende una alabanza a Sócrates por medio de figuras. La primera comparación la realiza con un sileno, un ser parecido a un sátiro que acompañaban a Dionisios, dios del vino y del delirio místico, y que eran conocidos por su sexualidad; además afirma que se parece al sátiro Marsias, inventor de la flauta, ya que sus melodías, las interprete quien las interprete, son las únicas que nos llenan, al igual que ocurre con las palabras de Sócrates, ya que según Alcibíades experimenta grandes sensaciones cuando escucha a Sócrates más incluso que cuando escucha grandes oradores como Pericles, y que es ante él ante el único que siente vergüenza. La comparación del sileno es debida a que según Alcibíades, Sócrates siempre está rodeado de jóvenes bellos y además lo ignora todo y no sabe nada, características de los silenos. Además opina que Sócrates desprecia a los hombres incluso cuando son bellos. Alcibíades cuenta seguidamente todos sus intentos de seducción a Sócrates, y todos ellos han resultado nulos, como hacer ejercicios y luchas con él, pero incluso cuando están a solas este espera que Sócrates le hable como un amante pero no responde así. De esta manera compara este dolor con la picadura de una víbora ya que los que la han sufrido solo lo quieren comentar con otros que también lo hayan padecido ya que son los únicos que lo pueden entenderme, y es ante ellos ante quien habla, pues cree que ellos lo pueden comprender. Y así cuentas como tras una cena, tan pronto como se apago la luz y los esclavos se marcharon, Alcibíades despertó a Sócrates y le dijo que era el único digno de convertirse en su amante, y ante cualquier necesidad suya o de sus amigos la respuesta por su parte sería inmediata, y durmió abrazado a Sócrates toda la noche y este despreció esto y se río de él. Otras virtudes que encuentra en Sócrates en su equilibrio y control de si mismo, pues es capaz de beber más que nadie pero nadie jamás lo vio borracho, como en invierno mientras otros se cubrían pies y espalda y él caminaba descalzo por el hielo. Otra anécdota es que permaneció de pie meditando durante un día entero, y unos soldados lo vigilaron para averiguar si también lo hacía durante la noche, y permaneció de pie hasta que llego el sol, realizó una plegaria y se marcho. Podrían ser contadas muchas anécdotas -dijo Alcibíades- pero esto no sirve de nada ya que este hombre no se parece a ningún otro y podríamos solo compararlo a Brasidas, Pericles o Néstor, pero ninguno de estos le es próximo. Esto es lo que Alcibíades opina de Sócrates y lo que admira de él, que se comporta como un amado y nunca como un amante. Todos rieron y le advirtieron que estaba sobrio por su franqueza, y además se había echado entre Sócrates y Agatón para separarlos aunque Sócrates, llamo a Agatón para que volviera a su lugar anterior, porque de esta manera se sentará a su derecha y será alabado por este como él ha sido alabado por Alcibíades. Tras esto un grupo de juerguistas entraron por estar las puertas abiertas y todos tuvieron que beber en gran cantidad, tras lo que Aristodemo, no recordaba más. Cuando todos estuvieron dormidos Sócrates se puso en pie y se marchó.
viernes, 6 de julio de 2012
MIEMBROS DE ORGANIZACIONES SOCIALES Y DE DERECHOS HUMANOS ESCUCHARON LAS CONDENAS FRENTE A LOS TRIBUNALES
Una sentencia esperada y acompañada
Hubo aplausos al ser escuchada la condena a 50 años para Jorge Rafael Videla y algunos silbidos cuando llegaron las primeras sentencias por períodos de 15 años. Abel Madariaga criticó el fallo a los apropiadores de su hijo.
Por Laura Vales
Frente a los tribunales de Comodoro Py miles de personas se reunieron para escuchar la lectura de la sentencia. La espera fue convocada por las Abuelas, que montaron sobre la avenida un escenario con una pantalla gigante. Organismos de derechos humanos, familiares, funcionarios del gobierno nacional, colectivos de arte y agrupaciones políticas hicieron el aguante en una tarde fría y ventosa. Después de la transmisión del fallo, las Abuelas, acompañadas por un grupo de nietos, dieron desde ahí su primer balance del juicio. “Esto nos hace mejores hombres y mujeres, hace mejor a este país. Nos hace sentir orgullosos de una Justicia que escuchó a las víctimas, orgullosos frente a la comunidad internacional y también frente a aquellos países que tienen una Justicia genuflexa que no quiere condenar al terrorismo de Estado”, señaló Martín Fresneda, nieto recuperado y actual secretario de Derechos Humanos de la Nación.
Junto al escenario hubo una zona de palco, con sillas, para quienes quisieron sentarse a escuchar la lectura de la sentencia. Detrás se ubicaron las organizaciones con una banda de vientos y banderas. H.I.J.O.S., La Cámpora, Kolina –la agrupación que lidera Alicia Kirchner–, el Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella, Fuerza Militante fueron algunos de los movimientos que marcharon desde la Torre de los Ingleses, en Retiro, hasta los tribunales para participar del acto.
La espera comenzó a las cinco y media de la tarde, cuando empezaba a atardecer. Para hacerle frente al clima, la militancia entró en calor con un cantito sacado del baúl de los ’80, “hay que saltar / hay que saltar / el que no salta es militar”, que de ratos pasaba a su versión de estos tiempos, “tomala vos / dámela a mí / el que no salta es de Clarín”. Una banda de vientos puso lo suyo para que el aguante sonara a fiesta. Media hora más tarde, en la pantalla gigante comenzaron a verse imágenes del interior del tribunal. Entonces los cantitos fueron suspendidos; las trompetas, guardadas y se fue haciendo silencio. El cielo ya estaba oscuro y en la avenida se prendieron las primeras luces del alumbrado público. Un rato después se podía escuchar cómo flameaban las banderas.
Hubo aplausos al ser escuchada la condena a 50 años para Jorge Rafael Videla, y algunos silbidos cuando llegaron las primeras sentencias por períodos de 15 años, pero en general el clima fue más bien contenido que ruidoso. La mayoría de los que estaban siguieron la lectura del fallo limitándose a levantar sus carteles. El más visible era uno del Colectivo Arte Memoria, con el reclamo “Devuelvan a los chicos”. Los había por cientos y la gente los mantuvo en alto frente a las cámaras de televisión y los flashes de los fotógrafos.
Después subieron al escenario las Abuelas junto a más de veinte nietos. Estela de Carlotto y Rosa Roisinblit recordaron cómo iniciaron la causa. “En el ’96 seis de nosotras nos presentamos como querellantes, con la idea de que el mundo tenía que saber que hubo un plan sistemático para robar a nuestros nietos. Después de tantos años lo hemos conseguido y eso es un logro”, señaló Roisinblit, vicepresidenta de la entidad. Carlotto destacó el valor de los 50 años de condena dictados para Videla, y el hecho de que la Justicia hubiera reconocido que hubo un plan sistemático de robo de bebés.
Abel Madariaga, el secretario de Abuelas que hace dos años recuperó a su hijo Francisco, quiso decir unas palabras sobre la sentencia aplicada a los apropiadores de su hijo. “Como sociedad tenemos que crecer en el castigo a los apropiadores. Hoy el fallo de los apropiadores de mi hijo durante 32 años y medio fue un fallo vergonzoso, porque cualquier que se afane un hijo durante 32 años y medio tiene que cumplir una condena severa. Y eso como sociedad lo tenemos que corregir porque la apropiación de menores es un delito de lesa humanidad.”
Por los nietos hablaron Pedro Nadal García y Victoria Montenegro. “Esto no nos pasó solamente a nosotros, sino a todo el pueblo argentino. Pudimos avanzar en la Justicia, pudimos probar que hubo un plan sistemático de apropiación de bebés, que no les alcanzó con matar a nuestros padres, sino que también tenían que quedarse con nosotros y criarnos como ellos querían, pero gracias a las Abuelas, a las Madres, a los familiares que nos buscaron siempre podemos estar acá”, señaló Montenegro. Nadal García consideró que “ninguna condena” sería sentida como “suficiente”, pero remarcó el valor “de que hayan sido condenados”.
Después subió al escenario La Bersuit para cerrar el aguante con música. Ya eran las ocho de la noche. La gente comenzó a desconcentrarse lentamente; al costado del escenario nietos, abuelas y abogados daban las últimas entrevistas del día, mientras en la pantalla gigante una serie de placas repasaba las condenas que cerraron la causa –tal vez la más emblemática de Abuelas–, después de un largo camino judicial y a 16 años de iniciada.
Fuente Página 12
miércoles, 4 de julio de 2012
Cine:A Roma con amor. Título original: (To Rome with love) - 2012 Género: Comedia Duración: 110 minutos. Origen: Estados Unidos - Italia - España. Interpretes: Alec Baldwin, Greta Gerwig, Jesse Eisenberg, Judy Davis, Penélope Cruz, Roberto Benigni, Woody Allen Director: Woody Allen Guionista: Woody Allen Director de fotografía: Darius Khondi Montaje: Alisa Lepselter
He visto recientemente la última película de Woody Allen, y me dejó una grata impresión, por el abordaje que hace del amor, los deseos, el azar, y los lazos interpersonales.
Como punto de inicio está situada Roma como una ciudad especial para el amor y el deseo, como un lugar capaz de encantar a quienes se encuentren allí. Mostrando todo el tiempo distintas aristas de aquellos sitios conocidos en detalles, modificando el modo de percibir las cosas, solo por el paso del día a la noche. He visto poco cine tan elaborado en ese punto, tan claro. En ese clima nos sumerge la película. El recorrido de las ruinas de noche, horario usualmente prohibido, el funebrero con dotes de tenor, cuando su canto va mas allá de la ducha en su casa, la prostituta oficiando de esposa, son algunos ejemplos.
Una clave es que el protagonismo lo tienen las relaciones interpersonales con una pendiente - infaltable en Woody Allen- las relaciones de pareja, tal como las conocemos en nuestro mundo Occidental. Combina matrimonios americanos y latinos, para darle todo el peso a la cuestión. Los protagonistas todos están articulados a parejas o familias, nunca quedan solos. El único que queda solo es el arquitecto que se vende al mercado, dejando ir sus ideales de joven y costado romántico, es el único que se sitúa en sintonía con la oferta del mercado.
Hace hincapié en lazos de parejas que perduran, a diferencia de otras películas suyas donde la soledad o la incomprensión se presentan de un modo inexorable. Esta vez Allen, muestra parejas y familias que están firmes más allá las dificultades individuales. El azar entrecruza situaciones de deseo en dos planos, la infidelidad eventual y la posibilidad de la fama como señuelo en este mundo consumista. Idolos mediáticos o superstars del cine, que en el punto más elevado de su reconocimiento se desarman dando a lugar a coyunturas mas triviales, cotidianas, y en ese movimiento elevan su status. Por ejemplo, la pareja que quiere progresar en Roma, saliendo de un pueblito, y percibe que un mejor encuentro ellos es mejor salida que ser parte del mundo empresarial. El mundo del cine, y la de la televisión quedan cargados en gran parte de funcionar como el señuelo del mundo consumista. Hay una dialéctica entre lo que se tiene y no se sabe, como perdido en lo cotidiano y el acceso a una vida exitosa, de la cual tampoco se sabe. Es el cruce de estos puntos de nesciencia de los personajes, es donde se articulan soluciones posibles, encuentros que no se anclan en los conflictos. Me parece posible suponer que el director está haciendo las cuentas con su vida, su vejez y el abanico de opciones para vivir, de hecho es tal la subversión de los valores consumistas que hace, que ser considerado un imbécil puede ser una buena opción. Un a de las perlas de las historias que cuenta, es el caso del tenor. Donde surge para alguien un deseo que no había advertido, y un amor por la ópera que se conjugan –en vez de oponerse- con su situación particular de vida, tanto personal como familiar.
Al mejor estilo de Sócrates Woody Allen, se transforma en sabio del amor y del deseo.
Alejandro Ercoli
sábado, 23 de junio de 2012
Cine: Los Amores Imaginarios. Xavier Dolan
Juego amoroso
El joven prodigio Xavier Dolan primero mató a su madre y luego, en su segunda película Los amores imaginarios, muere de amor atrapado en un triángulo queer.
Cuando todavía no había cumplido los veinte años, Xavier Dolan tenía una larga trayectoria como actor infantil en Canadá y ya había debutado con su primer largometraje como director, guionista y protagonista, que sería elegido para competir en la sección Director’s Fortnight del Festival de Cannes. Su título, Yo maté a mi madre (J’ai tue ma mère, 2009), le aseguraba al joven de Quebec que el mote de enfant terrible se multiplicaría en la prensa francesa. La película era una suerte de psicodrama eléctrico sobre las tensiones entre una madre y su hijo gay, llegando a picos de violencia verbal bastante extremos, donde se adivinaban visos autobiográficos en las catarsis que se sucedían en cada secuencia. Después de arrasar en Cannes con los premios, volvió por más al año siguiente con Los amores imaginarios (Les amours imaginaires, 2010), que lo vuelve a contar detrás y delante de la cámara, para cristalizar no sólo una capacidad precoz para sostener una producción cinematográfica sino la versatilidad para poder dar una vuelta de hoja a su obra. Desacelerado, sin la virulencia adolescente que desarrollaba en su debut, Dolan tiene la mirada más calma para retratar otra historia de amor imposible, en este caso un triángulo amoroso que tiene más de tristeza que de romance.
Tadzio siglo XIX
El vértice bisagra de la tríada geométrica del relato de Los amores imaginarios es Nicolas, interpretado por Niels Schneider, que podría ser un eslabón de la cadena evolutiva del Tadzio encarnado por Björn Andrésen que moldea Visconti para su versión cinematográfica de Muerte en Venecia (1971). Con rulos rubios de querubín y una masculinidad laxa algo estilizada, Nicolas es un recién llegado al círculo de amistades de Francis (Xavier Dolan) y Marie (Monia Chokri), quienes competirán por conquistar su amor esquivo. Dos o tres planos son suficientes para establecer la mirada cautivada por Nicolas: con sólo verlo fumar en cámara lenta en una charla casual puede flechar corazones a la deriva. Es que Schneider hace de su Nicolas un prodigio de fotogenia pura, de sex appeal instantáneo, que lo convierte en heredero de una casta de actores franceses de belleza aguerrida y casi obscena, cuya máxima expresión podría ser Gérard Philipe. Su evidente star quality lo ubica a Nicolas en el pico más alto del triángulo de Los amantes imaginarios, un vértice que brilla con estrella propia. Y aunque podría pensarse que el amor a primera vista podría ser el tema central de la segunda película de Dolan, en realidad, la construcción de la escena amorosa más que el amor, y sobre todo la construcción de las estrellas cinematográficas, tiene una importancia inusitada y es donde reside su originalidad. En su visión del romance artificial entre los tres personajes, Dolan plantea el nivel de erotismo de las estrellas de cine y de cómo las películas fueron construyendo y contaminando muestra propia identidad sensual a través de la representación de actores y actrices que se volvieron iconos de una forma de enfrentar nuestra propia experiencia de seducir y ser seducido. “¿Pensás en estrellas cuando cogés, en Marlon Brando, James Dean, Paul Newman?”, le pregunta un amante a Marie, para tratar de desenredar el lugar que ocupa en la mente de su partenaire la cinefilia erótica, y así se hace explícito cómo el star system funciona en la narración como fetiche sexual. Por eso, el título de la segunda película de Dolan se refiere a las estrellas de cine, a amantes de celuloide que son carne de la fantasía colectiva, fantasmas que materializan luces y sombras de nuestros deseos. El aura que Walter Benjamin planteaba que había desaparecido del arte en la época de la reproductibilidad técnica, se trata de restituir en las películas a través del culto a la estrella de cine, que todavía mueve constelaciones de espectadorxs. El impacto social de las estrellas de cine se puede ver como un relato sobre la sexualidad queer, como lo demuestran los libros de Manuel Puig al fenómeno dentro y alrededor de The Rocky Horror Picture Show, dos de los exponentes más arácnidos de esta forma de sensualidad, en el sentido de capturar al público como moscas en las redes de la seducción polimorfa.
El anacronismo es muy sensual
Dolan transforma a sus personajes en una versión vintage del apogeo de la estrella cinematográfica de la década del ’50. Jóvenes anacrónicos, Marie y Francis se mueven en la Canadá contemporánea como eyectados de otra época, con su estética retro que refiere al Hollywood clásico, a los mitos fundantes de la juventud glam que erotizaron la elegancia con candidez y rebeldía en altas dosis. Así, Marie se traviste de Audrey Hepburn, la actriz adorada por Nicolas, para atraparlo en su estilo: muñequita de lujo, con tanto destello camp como para pasar por drag queen, con peinado alto y una explosión de color entre sus pliegues (diseñados, como todo el vestuario, por el mismo Dolan). Por su parte, para construir su identidad, Francis se draguea de James Dean, con jopo a la gomina, chaquetas y jeans, el modelo de juventud que su personaje gay reivindica como sensibilidad urbana. Y la película, en largas caminatas en cámara lenta robadas al Wong Kar-wai de Con ánimo de amar, hace desfilar por las calles convertidas en pasarelas a sus tres protagonistas, para demostrar la vigencia retro del artificio estelar. Hasta en la intimidad, cuando las luces rojas, verdes, azules bañan los cuerpos de los y las amantes para descomponer en su piel la potencia sensual del technicolor, con distintas suites de Bach atronando para que sus dormitorios tengan la banda de sonido que la pomposidad que el cariño fantástico de las caricias merece.
Así, Dolan apuesta a teñir cada detalle con una teatralidad donde el amor y el sexo acceden a una dimensión de glamour que el mundo actual, convertido a la religión de reality, está perdiendo. Los amores imaginarios es un homenaje performático a cierta pasión perdida por el afeite, el look y la pose, a cierto goce por una personalidad Frankenstein, monstruosa en su poder de sugestión, que el firmamento del cine forjó durante el siglo XX.
El mes pasado, el Festival de Cannes programó Laurence Anyways (2012), la última película de Xavier Dolan, que explora las tribulaciones de un hombre que quiere convertirse en mujer, mientras trata de conservar una larga relación heterosexual que mantiene con su pareja. Dolan describió la película como “semificcional y semiterapéutica”. Es una buena noticia que su transformación siga en curso.
Por Diego Trerotola
Los amores imaginarios podrá verse
el viernes 28 de junio como parte del
Primer Plano I-Sat
Fuente: Página 12. Viernes, 22 de junio de 2012.
jueves, 14 de junio de 2012
Aki Kaurismäki Director | Guionista (04/04/1957) El artista lacónico por José María Aresté
Aki Kaurismäki responde a la perfección al concepto de cine de autor. Sus películas son personalísimas, responden a una visión de las cosas y a un modo de contar que se dirían irrepetibles.
Aki Olavi Kaurismäki es el principal representante del cine finlandés, junto a su hermano mayor Mika, de estilo fílmico muy diferente. Nacido en Orimattila, Finlandia, en 1957, creó junto a Mika, también cineasta, su propia productora, Villealfa Oy, nombre que homenajea a la película Alphaville, de Jean-Luc Godard; bastante más tarde rebautizaría su compañía como Sputnik Oy. El título que lanzó a ambos hermanos y revolucionó el cine finés sería Valehtelija (El mentiroso), de 1981. La dirección era de Mika, pero Aki coescribió el libreto, además de interpretar un personaje, que justamente se llamaba Ville Alfa.
Aunque Aki ha abordado algún clásico literario –debutó en el largo en 1983 con Crimen y castigo, a partir de la novela de Dostoievsky, y Hamlet va de viaje de negocios es una mirada muy particular de la obra de Shakespeare–, su cine se caracteriza por el minimalismo, presente incluso en la duración de las películas, que afirma que nunca deberían durar más de hora y media, norma que cumple a rajatabla. El hecho de que escribe, dirige y produce sus películas le aseguran un control total de sus historias. Dice que le gusta improvidar en el plató, pero que no son los actores los que improvisan, sino él, lo que da idea de ese férreo control sobre el resultado final.
En sus películas dominan los silencios (“si la película se lleva a un nivel minimalista aún el simple sonido de una tos puede ser bastante dramático”, afirma), y cierto aire tristón. Los personajes, trabajadores de condición humilde, son lacónicos, y expresan sus pensamientos con pocas palabras. Hay en sus miradas reconcentradas un anhelo de felicidad que no siempre es colmado. Y el cineasta ha encontrado en una serie de actores, sobre todo en los habituales Matti Pellonpää –fallecido prematuramente en 1995 de un infarto, con 44 años–, Kari Väänänen, Markku Peltola y Kati Outinen, los intérpretes perfectos para sus historias, existe una clara complicidad con ellos.
De su particular sentido del humor da idea el siguiente comentario: “Cuando era joven, me sentaba en el cuarto de baño y las ideas simplemente venían a mí. Ahora sólo me siento en el baño.” ¿Es Aki un cineasta pesimista u optimista? No existe una respuesta simple. Sus historias están abiertas a la esperanza, los náufragos existenciales que las pueblan pueden llegar a catar algo parecido a la felicidad (el final abierto de Sombras en el paraíso y Luces en el atardecer, la historia romántica de Ariel), pero también puede haber amarga ironía (la terrible odisea de La chica de la fábrica de cerillas). Y en cualquier caso, ese remanso de paz que pueden llegar a alcanzar habrá estado precedido de vicisitudes que pueden incluir hasta la violencia física (las palizas que reciben los personajes es un motivo bastante recurrente en el cine del finlandés, como ocurre en El hombre sin pasado, título con el que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes, mientras que Kati Outinen fue la mejor actriz del certamen).
Una de las grandes películas de Aki es Nubes pasajeras, sobre la que comentó “es totalmente trágica. Cuando comencé a escribir el guión para esta película, puse en un extremo la historia de rescate emocional de Frank Capra en ¡Qué bello es vivir! y en el otro Ladrón de bicicletas, de Vittorio De Sicca, y la realidad finlandesa en el medio.” El resultado es una estupenda reflexión sobre el desempleo, más optimista de lo habitual en el cineasta, y que está enmarcada en un restaurante. No es un lugar casual, pues Aki es copropietario de varios restaurantes en Helsinki, y del Hotel Nummi-Pusula.
Aki puede ser un tipo paradójico. El humor ligero que acompaña a la banda musical de Leningrad Cowboys Go America y Leningrad Cowboys Meet Moses da idea de ello, contrasta con le etiqueta de ‘cine triste’, que fácilmente puede adherírsele. Mientras que la cuidada y alegre música que acompaña a sus películas, y una fotografía de cuidada paleta de colores, deudor tal vez de un Fassbinder o un Almodóvar (aunque las influencias pueden ser mutuas), son también un desmarque de los lugares comunes.
Sobre el profundo compromiso moral de su cine, dan idea estas palabras del cineasta: “El sentido de la vida es adquirir principios morales que respeten la naturaleza y a los demás seres humanos, y seguirlos.”
Fuente: decine21.com
lunes, 11 de junio de 2012
Cine:El puerto (Aki Kaurismaki, Finlandia, 2011)
Simple y honesto.
El puerto, como lo indica su titulo original, se refiere a la ciudad portuaria francesa Le Havre, devastada por la segunda guerra mundial y reconstruida en parte según el modelo vigente moderno de esa época, lo que ofrece una mirada algo distinta al típico imaginario que tenemos de Francia. Los films de Kaurismaki siempre tienen la mirada puesta en la esferas más pobres. En El puerto, el protagonista Marcel Marx es un lustrador de zapatos, un adorable personaje que genera empatía en el espectador desde el comienzo. Además esta mirada se cruza con el tema complicado de la migración; en este caso son africanos que llegan encerrados en un container al puerto de Le Havre, donde la policía los encuentra y los lleva a centros para inmigrantes. Idrissa, uno de los niños refugiados, logra escapar y se encuentra con Marcel. Él lo cuida mientras su esposa Arletty (la protagonista de La vendedora de fósforos y actriz fetiche del director) está hospitalizada por una grave enfermedad.
Se nota que Kaurismaki protege a sus personajes y es generoso con ellos, dándoles la posibilidad de ser humanamente transparentes y nobles. Los demás personajes como la panadera, el verdulero y la dueña del bar son bondadosos y crean una burbuja contra un poder maligno intangible y fuera de campo. Ya sabemos que son pobres, humildes y trabajadores; pero en esta película el director no nos quiere mostrar el lado miserable sino captar otra emoción sin hacer de la pobreza algo pintoresco.
Un personaje trascendental en el film es el perro del lustrador. Muchas veces aparece en escena en primeros planos dedicados a él, que sin decir palabra aporta a la narración, siendo una especie de vouyerista de las situaciones, haciendo que el espectador sienta simpatía e identificación con él. Los detalles del film lo hacen bello y lleno de símbolos, ya sea en la vestimenta (el vestido amarillo del reencuentro, los tantos planos detalles de zapatos, el planchar de la esposa), presentados de una manera que parece una critica al capitalismo y el consumismo. O las flores (el florecer del cerezo, las flores en casa de la panadera y sobretodo las flores rojas y amarillas en hospital) que a lo largo del film se les dedica un plano detalle a cada una de ellas- es el símbolo del amor en la pelicula.
En cuanto a la fotografía es impecable, llena de color y texturas agradables a la vista, como la escena de Idrissa en casa de la panadera, con una decoración minimalista, en la que se encuentra sentado en el sillón sin hacer nada- parece un cuadro; o las escenas en el puerto, tomadas en plano general, en el cual se ve el panorama de Le Havre, donde el mar, el puerto, el detective, Marcel Marx e Idrissa generan contrastes de colores y movimientos suaves. Esta película está llena de imágenes que se quedan gravadas en la mente, gracias al juego de colores, encuadres muy bien pensados y sumado a la emoción de cada situación. Kaurismaki sabe manejar los tiempos, las miradas y las reflexiones sin generar aburrimiento: cada escena es delicada y sutil y los personajes son muy profundos, lo que permite deleitarnos con ellos: tienen un misterio que como espectador queremos descubrir. Se nota que hay una dirección clara hacia lo que se quiere decir y sabe los recursos para decirlo.
El film trabaja también el humor y el toque surrealista, a pesar del tema tan político como la migración en Europa. Tiene momentos magníficos, como cuando el lustrador, con su mejor traje, viaja para conocer al abuelo de Idrissa que se encuentra en un campo para inmigrantes. Para que lo dejen entrar, dice que es el hermano albino de la familia (siendo muy francés y muy blanco) y apela al derecho civil (puede acusar de racista al encargado) momento irónico que también es capturado continuamente en el personaje del policía, estilo film noir, casi caricaturesco, a veces con rasgos cómicos (como la escena del ananá en el bar).
También está la escena del músico y su novia cuando no puede cantar porque se peleó con ella, “el manager de su alma”. Gracias al lustrador se reconcilian y por varios segundos el director nos deja viendo como ellos se miran, en una especie de imagen congelada y actuada, que como espectador no estamos acostumbrados. Demarca la enunciación, generando esa risa desconcertante, pero que sin embargo por su simplicidad y honestidad no nos distancia de la historia. En estos momentos me acuerdo porque me gusta tanto Buenos Aires: una sala llenísima de un complejo comercial a las 6 de la tarde para ver a Kaurismaki, riéndose de su humor.
No se trata de contar una ficción solo para entretener un rato, ni apela al sensacionalismo del tema ni a las emociones. Kaurismaki está muy consciente del dispositivo cinematográfico, nos hace jugar, emocionar, reír y llorar honestamente. Es una película con final feliz, pero no ingenua.
Escrito por Violeta Soto
2 DE JUNIO DE 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)