sábado, 19 de julio de 2014

Literarias: Fuga


Creyò abandonarlo, que huia hacia la tranquilidad de la soledad reflexiva.
Pero sòlo corriò por su vida.
Una y otra vez la llamaba, le preguntaba què estaba haciendo.
Los domingos, cuando ella buscaba el refugio de su casa, donde pensar tranquila, èl daba vueltas en la suya, como un  lobo enjaulado, planeando còmo atrapar a su presa.
De tanto en tanto la llamaba y le preguntaba: "Què estàs haciendo?".
"Pensando", contestaba ella, por no inventar algo.
Empezò a sentirse sumergida en el suplicio de la elecciòn entre la soledad y un amor siniestro.
Pero sin saber còmo, de repente, rodando entre adoquines, sintiò desatarse las cinchas y a galope de pedal recuperò el vuelo.

                                                                                 Marìa Eugenia Ramos
                                                                               Buenos Aires, 07 07 2014